Capítulo 4.

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No sabía en qué momento había salido de su cómoda cama, en qué momento había salido de su departamento y subir a su auto, ni tampoco en qué maldito momento se encontraba estacionando su vehículo en el estacionamiento de la escuela.

Y todo era culpa del idiota de Yoongi que le amenazó con cortarle los dedos si no asistía a clases, y Jeon Jungkook conocía a la perfección a su amigo y sabía que aquello no era ninguna broma. Sabía que asistir a clases le mantendría lejos de los problemas o al menos eso trataría.

Nunca se imaginó llevar aquella vida, cómo tampoco se imaginó que su madre le abandonase a él y a su padre. Lamentablemente su madre había perdido aquella lucha por la cual había estado peleando, pero que al final termino siendo inútil. Su padre se resguardaba en el alcohol, que por desgracia, le hizo olvidar que tenía un hijo con el alma destrozada, que no solo él era el que estaba sufriendo por aquella lamentable muerte, sino también su hijo que no necesitaba más que de cariño y amor.

Ahora era demasiado tarde, eso era lo que sostenía Jungkook. Porque además de ir a estudiar por órdenes estrictas de Yoongi, también lo hacía por su madre quien en su último suspiro le hizo prometer que lucharía por lo que quería para convertirse en una gran persona. Esa promesa que en las noches en las que se sentía tan solo se alejaba por completo de él, pero que en el día, estaba aquel pálido chico para extenderle su brazo y ayudarle como podía.

Era conocedor de la vida que llevaba el pelinegro, es por ello que siempre se mantenían unidos, solo ellos dos dejaban ver su verdadera cara, tal vez escondiendo un poco su dolor y fingir una sonrisa con palabras de aliento verdaderas.

Ajustó sus lentes oscuros para dar paso seguro dentro de aquel edificio. Sentía la mirada de todos atravesandole el cuerpo y lejos de bajar tímido la mirada, la levantó echando sus cabellos rojos hacia atrás, sacándole un suspiro a una que otra chica que pasaba por su camino. Dejando a muchas tras sus pies, caminó hacia su salón de clases. Ética era la primera materia que llevaría a cabo en el día. Un profesor robusto de pantalones y camisa marrón y con poco pelo en su cabeza, le hizo pasar al frente donde se presentó con lo esencial y únicamente necesario ante la mirada de los que eran sus compañeros de clase.

El profesor le indicó el lugar en el que debería sentarse y sin muchos ánimos realmente, se dirigió hacia lugar. Un chico de cabellera peligris, chaqueta de cuero negro y pantalones del mismo color le había tocado como compañero de banca. Dejó caer su mochila asustando al peligris que al verlo sonrió amablemente.

-Al parecer en estos días llegan chicos nuevos con complejo de emo. -se burló el peligris siguiendo las órdenes del porfesor de sacar su libro en la página 300.

-¿A qué te refieres? - preguntó Jungkook enarcando una ceja y sacando su libro.

-Justo hace unos días llegó un chico pálido con el mismo estilo que tú, y es bueno siempre y cuando no intenten asesinarme.

-¡Oye! Pero tu ropa no es tan diferente a la mía. -reclamó indignado señalando el cuerpo al lado suyo. El contrario soltó un bufido.

-Mira mi rostro, no luce como el de un asesino serial como el tuyo que está todo lleno de piercings.

El rostro de Jungkook se formó en una burla. No, por supuesto que no iba a sentirse mal por un comentario de una persona que a penas conocía, sino todo lo contrario, le divertía de sobre manera.

-¿No te han enseñado a no juzgar a las personas sin antes conocerlas? -preguntó burlesco con una ceja alzada. -Manten alejados tus traumas de mí.

-Lo siento, pero tengo que verte actuar como persona normal para descartar la posibilidad de que seas un rockero asesino. -se encogió de hombros.

Dime que me amas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora