2 ° • Conociendo a Stray Kids.

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Iban camino al departamento de Stray Kids, Chan estaba conduciendo, algo nervioso sobre lo que iban a opinar los chicos con respecto a Lewis. Por otra parte, Lewis miraba por la ventanilla del auto, se había perdido en sus pensamientos, había comenzado preocupándose por no saber lo que opinarán los chicos sobre él, pero sus pensamientos volaron y ahora se preocupaba por no saber si finalmente iba a poder desayunar o no.
Pensaba en aquel restaurante de comida que podía ver a través de la ventana de la oficina, se lamentaba por no comprar algo antes de irse junto a su, ahora, nuevo líder.

–No desayunaste, ¿verdad?– Preguntó Chan sacando al menor de sus pensamientos, quien negó con su cabeza. –Yo tampoco. ¿Te molesta si hacemos una parada antes y compramos algo para que desayunemos todos juntos? Probablemente los chicos tampoco hayan desayunado aún.

No hay problema, igual no estoy apurado por llegar.– Habló soltando una carcajada algo baja que demostraba sus nervios.

Tal como habían mencionado, hicieron una parada en un supermercado y compraron diversas cosas, aunque Chan no sabía bien que le gustaba desayunar a Lewis, por lo que le preguntaba cada dos segundos cosas como "¿Está bien si llevo esto?" y el mencionado respondiendo cada dos segundos con un "Sí, eso está bien, no te preocupes".
Al haber acabado sus compras, subieron nuevamente al auto, dejando las compras en los asientos traseros.

No te pongas nervioso, son amigables.– Habló Chan mirando de reojo al copiloto.

Lo sé, no estoy nervioso.– Declaró comiendo una cucharada de un yogur con cereal que le pidió a Chan y este se lo compró, después de todo, era la primer cosa que Lewis le pidió para si mismo durante todas las compras. –Tú pareces más nervioso.– Sonrió divertido mirando a su mayor.

Parece que es así.– Suspiró con una sonrisa en su rostro.

Aunque necesito su ayuda para algo.– Mencionó con un poco de seriedad logrando que Chan lo mirara por unos segundos para volver su vista al frente.

Dime qué es y veré que puedo hacer.

Bueno, no he estado demasiado tiempo en Corea y aún no conozco sus costumbres, la única que he aprendido y utilizado es la de los zapatos, pero es todo lo que sé. Quizás usted podría ayudarme un poco con eso...– Habló un poco apenado mientras movía un mechón de su flequillo hacia atrás. –...si es que quiere, por favor y gracias.– Terminó su frase mientras sus orejas se teñían de un leve tono rojizo.

Con que eso era.– Chan comenzó a reír haciendo que al menor parpadear un par de veces. –Temía que me pidieras un adelanto de sueldo o algo por el estilo.– Confesó aún entre risas. –Claro, puedes contar conmigo y también puedes pedirle ayuda a los chicos.

Ambos pasaron el resto del corto viaje hablando de cosas triviales y riendo. Chan mencionaba momentos que había vivido con los chicos, cosa que lo hacía parecer un padre orgulloso y Lewis mencionaba algunos momentos que le habían quedado grabados en la cabeza en su corto tiempo como traineer. Como la vez que se encontraba junto a dos compañeros y llevaron una paloma de mascota a la empresa, al final los suspendieron de los ensayos durante dos días.

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Chan bajaba la maleta de su automóvil, mientras que Lewis cargaba con las bolsas que contenían el desayuno y almuerzo del día. Los nervios habían vuelto completamente a Lewis haciendo que sus manos temblaran levemente. Por su parte, Chan estaba completamente tranquilo, estaba seguro de que los chicos se llevarían muy bien con aquel muchacho luego de hablar con él, tenía algo en su forma de hablar y de moverse que lo hacía ver encantador, sin dudas se llevarían bien.

¿Nuevamente nueve? BangchanxMalereaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora