¿Nuevamente nueve? BangchanxMalereader

4 ° • Primer día de entrenamiento.

Todos estaban sentados en la mesa rectangular mirandose la cara los unos a otros, aún estaban demasiado dormidos como para reír y bromear.

–¿Por qué estamos arriba tan temprano?– Preguntó I.N mirando la hora en su celular, que marcaban las 05:30 am.

–Ah, verán. Anoche llegaron algunos paquetes de parte de mi madre para ustedes, la mayoría son comida, así que debía entregarlos temprano.– Explicó Chan abriendo una de las cajas que decía "Para los hijos de mi hijo ♡".

–¿Dijo algo de paquetes y madre?– Lewis preguntó mirando a Félix.

–Ah, sí. Su madre envió algunas cosas para nosotros.– Explicó Félix con una sonrisa.

–Lewis, esta caja llegó para ti.– Chan interrumpió su conversación llevando una caja mediana y dejandola a su lado.

–Gracias.– Miró la caja con curiosidad leyendo la información de envío, evidentemente su mamá y su padrastro lo enviaron desde Argentina.
Abrió la caja y tomó una nota que estaba sobre el paquete:
"Lewis, sé que es muy difícil conseguir cosas para tomar mates por allá. Mamá se va a encargar de que no te falten las cosas que te hacen feliz, te amo ♡."
Este sonrió sacando un juego de mates junto a yerba y azúcar, también sacó unos cuantos tarros de dulce de leche.

–Dejaré esto en la heladera.– Habló tomando los tarros en sus brazos.

–Mi mamá no envió nada para mí.– Se quejó Chan haciendo que todos se burlaran de él.

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Lewis bajaba de la habitación con ropa deportiva, se dirigió a la cocina en donde se encontró con el líder preparando, lo que parecía ser, su desayuno.

–Saldré a correr.– Habló Lewis mientras se adentraba más a aquel lugar. Varios de los miembros regresaron a la cama luego de aquella entrega y otros decidieron comenzar ya con su día, como era su caso.

–¿No desayunaras antes?– Preguntó Chan con preocupación.

–Si desayuno antes de correr, luego me dolerá el estómago.

Chan consiguió que Lewis esperara a que se cambiara de ropa. Insistió en acompañarlo, usó de excusa la zona para que aceptara su compañía, diciendo que se perdería por no conocerla bien.
Lewis ajustaba la banda para transportar el celular en su brazo, asegurándose de que no corriera riesgos de soltarse y caer mientras trotaba.
Cuando Chan bajó, ambos se pusieron sus zapatos y eligieron alguna zona para comenzar su recorrido. El líder le recomendó una plaza que no quedaba muy lejos del lugar y que tenía un gran campo en el que podían ejercitar, Lewis, al no conocer ningún otro lugar, aceptó rápidamente en ir allí.

–¿Lo haremos cada quien a su ritmo o nos ajustamos para hacerlo juntos?– Preguntó el menor mientras abría la aplicación que marcaba la cantidad y tiempo de los kilómetros que correría.

–Puedo ajustarme a tu ritmo, si quieres, así vamos juntos.

–Claro, entonces usa esto.– Extendió un audífono hacia a su mayor. –Creo que nuestros gustos musicales no son parecidos, así que si no te gusta la música simplemente puedes guardar el audífono, no lo pierdas.– Sonrió eligiendo una carpeta de música conformada mayormente por rock latinoamericano (era lo que solía oír con su mamá cuando salían a correr juntos) y ajustó nuevamente el celular en la banda de su brazo, para comenzar a correr, viendo como el mayor había colocado el auricular en su oído y comenzó a trotar a su lado.