CAP 17

45 5 1
                                    


—☽♡𓆙♡☾—

HUNTER

Entré a la sala de juntas, y de inmediato, noté las miradas de sorpresa en los rostros de los socios. Claramente, no esperaban verme de nuevo tan pronto. El Sr. Whitmore, siempre el más directo, fue el primero en hablar.

—Pensé que ya te habías ido —dijo con un tono que pretendía ser casual, pero que no lograba ocultar su incomodidad.

Les devolví la mirada con una sonrisa irónica, una que sabía que no les caería nada bien. No respondí de inmediato; en cambio, me giré ligeramente hacia uno de mis guardias, quien rápidamente sacó una tableta y comenzó a encenderla. Los socios intercambiaron miradas ansiosas, evidentemente desconcertados por lo que estaba a punto de hacer.

—Entonces, caballeros —comencé, manteniendo mi tono suave pero cargado de intención—, ¿van a firmar el contrato?

Ellos se miraron entre sí, dudando. Finalmente, uno de ellos, el Sr. Whitmore, tomó la palabra.

—Estamos considerando nuestras opciones —dijo, su voz temblando ligeramente—. No estamos seguros de si asociarnos con una empresa cuya reputación está... comprometida, sea lo mejor para nosotros. Especialmente considerando ciertas... asociaciones –se quedo en silencio como si estuviera escogiendo sus palabras

pero entonces hablo el sr.moretti

–como tu ya sabras las drogas y bueno...tu compañera de trabajo sabes no nos conviene meternos en esos asuntos y permitir que esa niña manche nuestra reputacion por no saber controlarse

–exacto–hablo el otro–no estamos diciendo que verdaderamente anthea este involucrada con las drogas pero mejor nos ahorramos molestias como esas pero..

–que tal si es real despues de todo hay imágenes lo que nos demuestra la verdad las evidencias normalmente siempre son verdaderas

Su insinuación hacia Anthea fue clara, y la rabia que sentí en ese momento casi se me escapó de las manos. Pero en lugar de dejar que la ira se reflejara en mi rostro, solté un suspiro burlón, ocultando mi enojo detrás de una fachada de despreocupación.

—¿Una drogadicta, dices? —repetí, mi voz tan afilada como una navaja—. Es interesante escuchar eso viniendo de ustedes.

Los vi tensarse mientras miraban la tableta con inquietud. Con un gesto, ordené que se mostrara la información que había recopilado. Las caras de los socios se tornaron pálidas al ver los documentos y fotos que deslizaban en la pantalla.

Me acerqué al Sr. Whitmore, quien estaba visiblemente nervioso.

—La reputación, claro. ¿Saben qué más afecta la reputación? —Pregunté retóricamente antes de continuar—. El Sr. Whitmore, por ejemplo, ¿cómo va su pequeño asunto con la secretaria? Me pregunto si su esposa también es consciente de esas "reuniones" fuera del horario laboral. ¿O deberíamos seguir fingiendo que no sabemos nada?, parece que tus múltiples infidelidades, cuidadosamente ocultas a tu esposa y al público, podrían ser una mancha considerable en tu intachable reputación, ¿no crees?

El Sr. Whitmore palideció visiblemente, y vi cómo su mandíbula se tensaba. Sin darle oportunidad de replicar, me giré hacia el Sr. Moretti.

—Y tú, Moretti —continué, mi tono todavía cargado de burla—. Esos escándalos financieros que mantienes bien ocultos... La contabilidad creativa es todo un arte, ¿verdad? Tal vez tu querida empresa no querría que esos números se vuelvan públicos. Podría dañar su... ¿cómo lo dijo? Ah, sí, su reputación.

si los demás supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora