Al día siguiente, cuando despertó en su cuarto, recordó las dos experiencias de su día anterior, los catalogo como sueños, que se sentían extremadamente real, inclusive pensó en alucinaciones.
Lo primero que hizo fue hojear el cuaderno, y vaya sorpresa qué se llevó al ver unas páginas tachadas completamente con rayones, había rastro de que alguien arranco unas hojas y al final, en la parte trasera, encontró una pila de cartas, atadas con un listón, de forma que ninguna se perdiera.
Dejo los sobres en la mesita de noche, miro el cuaderno con una mueca de confusión antes de cerrarlo, para bajar a desayunar.
En la mesa, están su abuela y la señora Göndul, su madre está en la cocina, a ese punto parece que vive ahí.
— Dime, ¿Extrañas a tu esposo?
Göndul hace una mueca de desagrado no muy notable.
— No fue mi esposo. No nos casamos en primer lugar.
— Una desgracias. Era un gran hombre, lastima que la vida es cruel, ¿sabes que paso con él?
— Se esfumó como polvo — aclara con una tranquilidad alarmante.
— Sigo sin entender el por qué no querías casarte con él.
Edgar da media vuelta, de regreso a su habitación. Nadie noto su presencia y no quiere estar en medio de una conversación así.
Cuando gira el picaporte de su puerta, da un paso para entrar, aunque termina doblandose el pie, haciendo que caía sobre pasto.
Reacciona rápidamente, dándose cuenta que otra vez a sucedido. Es un escenario parecido al primero que vivió. Un lago, en el reflejo del agua puede observar la silueta de la luna.
— No vuelvas a decir que quieres morir, Beelzebú — las palabras suenan verdaderamente serias . Edgar se sorprende al ver que Nikola es quien dice aquello.
Se levanta, sacudiendo su ropa, aunque no cree que haga una diferencia.
Observa como ambos adultos guardan silencio." ¿Es enserió?, regrese a mi habitación para no tener charlas incomodas"
Sabe que ninguno puede escucharlo, cosa que es una gran ventaja.
— ¿Por qué quieres morir? —pregunta al fin.
Beelzebú guarda silencio, pensando en que decir. Nunca nadie pregunta ese tipo de cosas.
— Hace tiempo tuve razones para vivir. Mis padres no eran los mejores, pero al menos tenia amigos —no puede evitar ponerse nostálgico— Se llamaban Lilith, Lucifer, Samael y Azazel —duda en continuar por el llanto que amenaza en salir— Mi padre intento deshacerse de mi. Estaba tan desesperado por hacerlo que incendio nuestra casa, con mis amigo adentro, yo me salve ya que ellos me ayudaron a escapar esa noche. Mi madre nunca lo detuvo e incluso lo apoyo... yo...
Edgar se cubre la boca con una mano antes de soltar un insulto.
—...ya no tengo nada por lo que vivir desde que se fueron. La mayoría de gente me mira con desprecio solo por existir...
— ¡Me tienes a mi!
La mirada de total honestidad al decir eso hace que Beelzebú flaquee, no puede contradecir algo que es dicho con tanta seguridad. Sus ojos se cristalizan al borde del llanto.
Sabe que Nikola a ganado cuando lo rodea en un abrazo y no lo aparta de manera brusca. Siente una calidez qué cree aver olvidado.
— Me tienes a mi —repite— así que por favor, no mueras.
Beelzebú devuelve el abrazo, aferrándose con todas sus fuerzas al castaño mientras deja sus lágrimas salir. No sabría decir desde cuando lo a guardado, quizás lo sepulto lo más profundo que pudo, aun así, eso parecía no importar cuando se trataba de Nikola.
Edgar avanza lentamente hacia donde están ambos, no logra llegar ya que su rodilla se golpea con un mueble que hay en su habitación.
Esta otra vez de regreso.
Maldice internamente mientras da pequeños saltos con un pie.
No nota la hoja que hay en el suelo, en la esquina superior trae la fecha escrita; 11 de abril de 1960.
![](https://img.wattpad.com/cover/373008229-288-k92327.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cartas
Hayran KurguEdgar va al pueblo donde su madre creció. Ahí se encuentra con Göndul, quien le entrega un cuaderno que contiene escritos de un tal Beelzebú, donde menciona mucho a un tal Nikola. ¿Qué se supone que haga con esta información?