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Días después, Taehyung se encontraba en su pequeño apartamento, solo con sus pensamientos, cuando su teléfono vibró, sacándolo de su ensimismamiento. Era una notificación del hospital, un recordatorio para su próxima cita de terapia y tratamiento contra la leucemia. Taehyung miró la pantalla sin expresión, sintiendo una extraña desconexión con la gravedad de lo que ese mensaje implicaba. Después de unos segundos, cerró la notificación sin más, intentando apartar de su mente la realidad que cada vez se volvía más difícil de ignorar.

El silencio en su apartamento se volvió insoportable, así que decidió salir. No quería pensar, no quería sentir, solo necesitaba escapar. Se dirigió a una esquina apartada de la ciudad, un lugar donde sabía que podría estar solo. Con manos temblorosas, sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió, inhalando profundamente el humo que llenó sus pulmones. Sabía que fumar solo empeoraría su enfermedad, que estaba jugando con fuego en más de un sentido, pero en ese momento, no le importaba.

Mientras exhalaba el humo, una figura familiar apareció al final de la calle. Jungkook había estado buscándolo, desesperado por entender lo que estaba pasando, y finalmente lo encontró allí, solo, con una expresión de derrota que le rompió el corazón. Al ver a Taehyung fumando, Jungkook sintió una mezcla de preocupación y tristeza. Sabía lo peligroso que era para Taehyung, pero en lugar de reprenderlo, sacó su propio cigarro y lo encendió. Caminó lentamente hacia él, parándose a su lado en silencio, imitando la acción de Taehyung como una forma de conexión en medio del distanciamiento.

El silencio entre ellos era espeso, cargado de todas las palabras no dichas, de las emociones reprimidas y los miedos que ninguno quería enfrentar. Jungkook sentía la distancia entre ellos como un abismo cada vez más difícil de cruzar, pero después de un rato, decidió intentarlo de nuevo. Su voz era suave, casi un susurro, mientras trataba de romper la barrera que se había levantado entre ellos.

—Tae... ¿podemos hablar? —preguntó, esperando que esta vez Taehyung le permitiera entrar en su mundo, que dejara de apartarlo.

Pero Taehyung no lo miró, manteniendo su mirada fija en algún punto lejano del horizonte. Su respuesta fue fría, cortante, como un cuchillo que separaba aún más sus corazones.

—Hoy no, Jungkook —respondió Taehyung, su tono tan definitivo que no dejaba lugar a discusión.

Jungkook sintió una punzada de dolor, como si el aire se le escapara de los pulmones. Quería insistir, quería decirle a Taehyung que lo necesitaba, que lo extrañaba, que no podía soportar verlo así, pero sabía que no serviría de nada. Así que se quedó en silencio, compartiendo el momento con Taehyung, aunque ese momento estuviera teñido de tristeza y resignación.

El humo de sus cigarrillos flotaba en el aire, simbolizando todo lo que estaba mal entre ellos, todo lo que se había perdido. Sabían que la brecha se hacía más grande con cada día que pasaba, pero en ese instante, ninguno tenía la fuerza ni las palabras para intentar cerrarla. Solo se quedaron allí, lado a lado, compartiendo un silencio que decía más que cualquier conversación.

¿MEJORES AMIGOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora