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♪—La llave verde es para mi bote. Rojo, amarillo, azul, verde, naranja y rosado pon el color que le corresponde, vamos, vamos, vamos.♪

—¡No!— gritaron al unísono con un toque de enojo, los mellizos de 1 año y 5 meses.

A pesar de su corta edad, estaban frustrados con Seunghan, el hijo de Seungcheol y Jeonghan.

Seunghan y sus padres se encontraban de visita en la residencia de los Hong, y a petición de los padres pensaron que sería buena idea que sus hijos interactuarán entre sí y crearán un vínculo de amistad.

Heeseok y Heemin tenían un juego el cual consistía en poner alguna de las 6 llaves del color que se te indiqué en la canción en la pequeña herradura.

Un juego en el que Joshua solía jugar con sus hijos, quienes ya habían aprendido a distinguir los colores de manera audiovisual.

No obstante aquel menor de dos años, tomó la llave morada causando inmediato revuelo en los mellizos porque ellos sabían que debía tomar la llave verde pero escogió una llave equivocada.

Heemin volvió a presionar el botón rojo esperando a por un buen resultado que ambos pequeños ansiaban por parte de Seunghan.

♪—La llave azul es para mi bote. Rojo, amarillo, azul, verde, naranja y rosado pon el color que me corresponde, vamos, vamos, vamos.♪

Seunghan escogió una llave equivocada incrementando el enojó en el pequeño cuerpo de Heeseok, quien tomó en sus manos la llave azul y se la lanzó en la cabeza a Seunghan.

Hubo un breve silencio, luego el llanto se hizo presente en el pequeño Choi y los regaños de Joshua se hicieron escuchar.

—Heeseok, eso no se hace— elevó la voz mientras le hablaba serio al pequeño—. Que tú conozcas de los colores no significa que Seunghan lo haga igual, debes enseñarle no tirarle los juguetes.

El infante reconoció que estaba siendo regañado así que cambió su semblante molesto a uno triste.

Seungcheol se había encargado de abrazar a su hijo manteniéndose en el mismo sofá en donde estaba con la diferencia de tener a su hijo en brazos. Joshua se acercó a Seungcheol pidiéndole disculpas por las acciones de su hijo recibiendo una despreocupación de Seungcheol.

Ambos compañeros de trabajo, decidieron mantener en secreto aquel suceso. Si las parejas de cada uno se enteraban, se formaría la tercera guerra mundial en la casa de los Hong.

En otra parte de la casa Seokmin y Jeonghan se encontraban en la cocina, conversando de diversos temas inclusive ambos estaban tan concentrados platicando que el llanto de un niño pasó desapercibido para los dos.

—En serio Minnie, te envidio mucho por eso— Jeonghan comentó jugando con la taza en sus manos—. Tus pequeños ya saben hablar y caminar muy bien y mi hijo que es más grande que los tuyos apenas y dice papá.

—No me envidies a mí, Joshua y yo no pusimos mucho esfuerzo en que mis hijos hablen y caminen tan pronto, es algo que sucedió natural.

—Entonces creo que debería no esforzarme para que Seunghan pueda hablar.

—Bueno, yo no diría eso— sonrió para transmitirle confianza a Jeonghan—. El que le hables a tu bebé ayuda mucho a que él pueda reconocer y aprender los sonidos, créeme lo aprendí de un gran pediatra.

—También tengo mi pediatra en casa pero no me ayuda en nada— bufó cansado—. Solo me genera más dudas y a veces me frustro mucho con Seungcheol al grado de querer irme de casa por un tiempo y no regresar hasta que mi hijo ya hable.

—Estás poniéndole un poco de dificultad al asunto— soltó una risa—. No te frustes mucho, déjalo fluir.

—Lo dices tan fácil porque tus hijos son muy inteligentes— le dio una mirada obvia—. Pero en serio extraño mis días en los que no era padre.

—Me pasa igual, extraño mucho esos días pero estoy completamente agradecido por tener a mis pequeñas criaturas tanto que me siento muy bien teniéndolos, no importa como o el que, lo que si sé es que no puedo vivir sin ellos.

—Creo que debo aprender más de ti, tienes dos bebés siendo más difícil y yo apenas puedo con uno— comprendió las palabras de Seokmin y sonrió un poco más tranquilo—. Es como si tuvieras a dos Joshua pero en tamaño pequeño.

—Ni me lo recuerdes, todos me dicen lo mismo— acompañó con su risa a Jeonghan—. Pero recuerda sobre todo mostrar amor en lo que le enseñes a tu hijo, esa es una herramienta muy importante para que todo salga bien.

Aún así, los dos amaban con locura a sus hijos sean como sean habían aprendido de sus parejas que tenían la experiencia de tratar con menores pero esta vez por parte de ambos matrimonios aprendieron de los propios.

HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora