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Al día siguiente, Seok caminó por los extensos pasillos del hospital general de Seúl. Se había hecho unos estudios de sangre para saber si todo funcionaba bien en su organismo y tenía que pasar por los resultados.

Generalmente solía recurrir a una evaluación por medio de análisis en febrero porque diciembre y enero eran unos meses peligrosos para su esbelta figura y salud.

Igual así aprovechaba a ver a su esposo y almorzar con él.

Al ingresar al consultorio de análisis clínicos, Soonyoung, le recibió con una sonrisa.

—Seok, ¿qué tal?— con su característica alegría, saludó.

—Bien, vine a recoger los resultados de mis análisis— comentó sin expresión. Soonyoung no se extrañaría por las expresiones serias de Seokmin, era normal verlo de esa forma.

—Enseguida te lo doy— se acercó hacia un pilar de sobres blancos, tomando el que correspondia a Seokmin —. Aquí tienes— le extendió el sobre—. Todo está en orden pero deberás ser más cuidadoso.

No necesitaba que Soonyoung le de una retroalimentación de sus análisis al momento, luego lo haría en su casa con ayuda de Joshua. Agradecido con su amigo de años, salió poniéndose en marcha hacía el área de pediatría.

Recorrió un extenso camino hasta que a lo lejos pudo divisar a su esposo.

—Que linda eres Chaeyeonie— Joshua apretó con suavidad la mejilla de la niña que estaba escondiéndose detrás de la pierna de su madre.

—Parece tímida pero no lo es— la mujer dijo obteniendo la mirada sonriente del guapo médico—. Dice que siempre le gusta venir con usted por lo divertido que es, me imagino que ha de ser de igual manera con sus hijos.

—Oh, no tengo hijos pero me gustaría mucho tenerlos— se encargó de corregir a la señora Kim admitiendo su desgracia.

—Y Chaeyeon no tiene padre— rió—. Que coincidencia, ¿no cree? Si gusta podría pa-

—No le gustaría— una tercera voz, que no era de la niña de 6 años, interrumpió a dicha mujer—. El artículo 134 de la ley del trabajo prohíbe que los trabajadores tengan otro tipo de relación que no sea laboral, en este caso, con los pacientes, por favor absténgase de cualquier otra intención con un hombre casado.

Seokmin terminó su comentario educadamente con expresión seria a la mujer frente a él, quien volteó a verlo de una manera no muy agradable.

Joshua se agarró la parte trasera del cuello con la mano en señal de incomodidad. Era la primera vez que veía a Seok hacer tal cosa.

—Solo siga los cuidados que le di para Chaeyeon y en unos días estará bien, si sigue teniendo molestias no dude en venir para otra revisión— se despidió de la señora e infanta y agarrando a Seokmin de la mano se adentró en su consultorio.

—¿Qué fue eso Seokmin?— cuestionó dudoso.

—Solo baje a la señora de su nube fantasiosa— rodó los ojos cansado.

—¿De que estás hablando?— la confusión en su rostro solo irritó más a Seokmin.

—¿Eres tonto? Esa señora quería algo más contigo— frunció el ceño—. Y tu no hacías nada, obvio tenía que proteger lo que es mío.

—Solo tengo ojos para ti, amor— acortó la distancia de su cuerpo con el de Seokmin quedando muy pegados—. ¿Porqué tanta inseguridad? Tu no eres así.

—No lo soy pero esa señora tenía una carta a su favor— dijo con frustración—. Tiene una hija y tal vez quieras dejarme po-

—Ni aunque tenga 20 hijos, te dejaré— acarició con lentitud la mejilla de Seokmin.

—¿Estás seguro?— lo miró con un puchero.

—Más que seguro— afirmó—. Y se que no quieres hijos pero podemos intentarlo.

Seokmin suspiró cansado. El tema de los hijos lo tenía harto, no importara cuantas veces se negara, Joshua seguiría insistiendo justo como lo venia haciendo desde su aniversario, 2 meses atrás.

—No sé, mejor vayamos a almorzar— dejó a un lado aquel tema para evitar otra de las peleas que tenía casi a diario con Joshua —. Tengo mucha hambre y el hecho de que tu turno haya terminado no significa que el mío igual lo haya hecho.

—Dime aunque sea que lo pensarás— se quitó la bata blanca pero la desesperación seguía estando en él.

—Sí lo haré— rodó los ojos—. Pero eso no significa que mañana no usaremos protección solo porque sea tu cumpleaños.

Joshua sonrió—. No he dicho nada, amor.

—Solo te estoy advirtiendo, te conozco Hong Jisoo.

Se sentía un poco más tranquilo, tal vez su espera no será por mucho tiempo.

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