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—No, no, no, dame eso Heeseok.

Joshua estiró su mano hacía su hijo, esperando a que le de aquel sobre cuadrado en negro metálico.

—Mío— dijo con el paquete en su boca.

—No es un caramelo— le arrebató el preservativo.

El pequeño de cuatro años, se molestó con su padre por haberle quitado su caramelo y con indignación, se cruzó de brazos e intentó bajarse de la gran y alta cama matrimonial.

No obstante, Joshua lo tomó en brazos y volvió a dejarlo en el medio del colchón siguiendo con su labor de colocarle con empeño a su hijo la pijama.

—Papi— con alegría en su voz, Heemin ingresó corriendo a la habitación dirigiéndose a su padre.

Bajó la mirada a su pequeña hija que abrazaba con entusiasmo su pierna, encontrándose con aquel par de ojos que le miraba brillante y esa dulce sonrisa que le derretía por completo el corazón.

—Hola, bebé— le devolvió el gesto y tomándola en brazos, la subió a la cama asentando la a un lado de su hermano.

Terminó su trabajo de cambiar la vestimenta de su hijo y cargó a ambos menores dirigiéndose a la habitación de estos.

Como cada noche, Seokmin tenía la costumbre de leerles un cuento a los niños y justo después Joshua les cantaba una canción de cuna mientras terminaban de arroparlos.

Solo que aquella vez fue diferente. Los pequeños apenas tocaron la cama y cayeron en un profundo sueño.

Joshua suspiró alegre pero a su vez triste. Sus hijos iban creciendo y él seguía cuestionandose el momento en el que sus pequeños dejarían de serlo.

No le dio tantas vueltas al asunto y prefirió salir de la habitación, dirigiéndose a la planta baja donde Seokmin se encontraba en el comedor.

—¿Es hora de hacer dormir a los traviesos?— cuestionó Seokmin a su esposo que se sentaba a su lado, guardando los documentos con los que había estado trabajando toda la tarde.

Joshua negó con un pequeño puchero-. No hace falta, se durmieron muy rápido ni siquiera pude cantarles o leerles un cuento.

—No te desanimes, papá— consoló acariciando el hombro del americano —. Es tarde y además en parte es tu culpa, te la pasaste jugando con ellos casi todo el día, era obvio que se dormirian rápido.

—Tienes razón— asintió comprensivo—. Y ahora que duermen nosotros podemos...— estuvo a punto de besar a Seokmin no obstante, no lo logró, el timbre sonó y los obligó a detenerse.

—¿Esperas a alguien?— preguntó a Seokmin quien con mirada confundida negó—. Y, ¿si es un ladrón?— murmuró aún cerca del rostro de su esposo.

—Joshua, si fuera un ladrón no tocaría el timbre— contestó con obviedad, alejándose del pelinegro y levantándose a su vez—. Yo veo quien es, papá miedoso.

—Te escuché— dijo con un deje de enojo.

—Esa era la intención— respondió abriendo la puerta.

Cuando lo hizo, se encontró del otro lado de la puerta a su viejo amigo Soonyoung. Éste tenía el rostro mojado, ojos rojos con lágrimas, e hipando mientras sostenía a su hijo de 2 años quien dormía cómodamente sobre su hombro.

—Soonyoung...— murmuró viendo incrédulo a su amigo sintiendo el aire helado—. Entra, hace frío.

👶🏻

Joshua ingresó en la sala de estar con una taza que contenía té verde, la cual preparó después de llevar a Mingsoon a la habitación matrimonial. Se la ofreció a Soonyoung quien se encontraba un poco más tranquilo desde que llegó 15 minutos atrás.

—Soon, es algo tarde. Puedes descansar en nuestra habitación y mañana...— Seokmin sugirió pero al ver que el menor negaba guardo silencio dejando incompleta su petición.

—Necesito desahogarme solo así podré sentirme mejor— habló con voz ronca jugando con la taza.

—Quiero que seas mi abogado, Seok— dijo seguro después de tanto tiempo ganándose dos confusas miradas—. Le pediré el divorcio a Minghao.

—Pero, ¿porqué?— preguntó Joshua con el ceño fruncido—. Todo funcionaba bien entre ustedes, tienen dos preciosos hijos, un perro muy bello, una casa linda, ¡lo tiene prácticamente todo!

—Las personas cambian Joshua, y Minghao no es la misma persona que conocí hace 13 años.

—Por supuesto que todos cambiamos— añadió estando de acuerdo—. Sea para bien o para mal pero, ¿qué hay de malo con eso?

—Minghao, él solo quiere viajar a China— soltó con rostro afligido—. Hace unos días me pidió que nos mudemos a su ciudad natal pero me negué y desde entonces ha estado muy distante conmigo, con nuestros hijos sigue siendo el mismo pero conmigo...apenas y me habla.

—¿Supones algo?— Seokmin cuestionó siendo cauteloso.

Soonyoung, muy a su pesar, asintió—. Sospecho que me es infiel— contestó con los ojos aguados—. Por eso quiero que seas mi abogado, no quiero seguir sintiéndome así, tan solo.

—Haber, no le metas ideas a Seok porque él es capaz de hacerlo— murmuró tratando de mantener la calma en el lugar aunque él era el único histérico.

—Te escuché.

—Esa era la intención— contestó burlonamente.

Seokmin solo rodó los ojos ante los gestos infantiles de su esposo y prosiguió—.  Perdón Soon, pero no seré tu abogado— negó colocando su mano en el hombro del rubio—. Me niego a romper un matrimonio que aún tiene mucho por vivir.

—Exacto, así se habla mi amor. ¿Ves que lo tengo todo controlado?, pero aquí debe haber un malentendido.

Seokmin asintió—. No creo que tu sospechas sean ciertas.

—Y, ¿si lo son?

—Soon, no debes dudar en ningún momento de tu pareja— Joshua dijo en modo de regaño—. La confianza es la base para cualquier relación.

—Así es, debes hablar con Minghao— Seokmin ordenó antes de soltar sus palabras motivadoras—. Sabes que él constantemente viaja por cuestiones laborales, no por placeres y si te pidió que se mudaran era para facilitarle el trabajo. No es fácil, lo sé, mucho menos si ya estás adaptado y has vivido desde que naciste aquí pero si es para mejorar tu estilo de vida y el de tus hijos, hazlo. Nunca está de más conocer.

👶🏻

—Y, ¿entonces...?

—Hagámoslo— Soonyoung asintió seguro—. Si es para el bien de nuestros hijos y el nuestro, esta bien.

—Solo serán 5 meses, verás que el tiempo se pasa muy rápido— Minghao explicó abrazando a su esposo—. No llores, amor.

—No, es que yo, dudé de ti y-...perdón— sollozó sintiendo como Minghao le limpiaba las lágrimas derramadas—. Sino hubiera sido por Seokmin y Joshua, yo hubiera hecho cosas precipitadas. Cosas malas.

Y en medio de ese abrazo, ambos adultos agradecían a Seokmin y a Joshua por haber permitido que sigan juntos.

HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora