Taekjoo
¿Por qué habíamos esperado tanto tiempo para hacerlo? Él nunca intentó sobrepasar los límites, a pesar de que en varias ocasiones hubo oportunidad, en el baño, a la hora de dormir, cuando me ayudaba a cambiarme, ni siquiera había sugerido dormir juntos, cada uno dormía en su respectiva habitación.
-Pareces desesperado -comenté mientras lo veía quitarse la camisa.
-Sí, desesperado por ti -se inclinó a besarme.
-¿Cuánto tiempo te has estado conteniendo? -pregunté mientras me ayudaba a quitarme la camisa y los pantalones.
-Más de dos años ¿Por qué? -su respiración estaba agitada y parecía perder el control en cualquier momento, pero aún así, me levanto y acomodó entre las almohadas de la cama, me dió un beso tierno antes de bajar por mi cuello hasta mi clavícula.
-¿Por qué no lo intentaste antes? -inquirí.
-Nunca intentaría nada sin tu permiso, cariño -dijo antes de morder con delicadeza mi cuerpo, dejando marcas por todo mi abdomen.
-Ah... Pues dejame decirte que tienes todo mi consentimiento, no necesitas pedirlo otra vez -me estaba poniendo ansioso, sus besos bajaban más y más.
-Gracias... -mordió la orilla de la última prenda que me quedaba, justo cuando estaba por quitarmela, alguien tocó la puerta.
-Espera, alguien está afuera -lo detuve y suspiró.
-Me importa muy poco sinceramente, solo ignóralo -subió para besarme, pero los golpes en la puerta se siguieron escuchando.
-¿Y si es Vladimir? -lo empujé levemente.
-Vladimir no viene por el día -me ignoró y siguió con lo suyo.
-Ve a ver -lo interrumpí.
-Ugh... -se levantó de la cama, tomó su camisa y se la puso, aún con los botones sin abrochar, salió de la habitación dejando entreabierta la puerta-. ¿Quién carajos me interrumpe en un momento como este? -maldijo a quién fuera que estuviera molestando.
Salió de la habitación y cruzó la sala, lo escuché abrir la puerta y con voz malhumorada habló.
-¿Qué carajos pasa? -cuestionó, me levanté de la cama para asomarme por la puerta y espiar un poco.
-¿Por qué suenas tan enojado? -una voz femenina respondió, desde mi escondite, no podía ver quién era.
-¡¿Ah?! ¡Natasha, lo siento! -su tono cambió drásticamente-. Pensaba que era otra persona.
-No te preocupes, a veces pasa -era Natasha, su amiga del bar.
-¿Qué te trae por aquí? -preguntó.
-Hace mucho frío, ¿Me dejarías pasar primero? -pidió amablemente.
-¿Pasar? Ah... Está bien -ambos entraron a la sala, en donde podía verlos mejor-. Y bien, ¿Qué sucede? -volvió a preguntar mientras se abrochaba un par de botones, Natasha estaba que se lo comía con la mirada.
-Yo... ¡Mi madre! Mi madre me envió a dejarte esto, como son tus favoritos pensó en dejarte unos -le extendió una cesta, estaba ruborizada, no pude evitar reírme internamente.
-¡Oh! Muchas gracias, dile a tu madre que se lo agradezco -Lee Won tomó la cesta de lo que parecían ser algunos panecillos, como la madre de Natasha era panadera, ella también le ayudaba por las mañanas.
-Sí... eh, oye Nikolay -parecía no querer irse todavía, eso me molestó.
-¿Qué pasa? -preguntó dejando la cesta en la mesa.
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Condena de Rosas | LeeJoo
Fiksi Penggemar-Si no hubiese salido ese día, nunca te hubiese conocido y no habríamos sufrido tanto... -¿Te arrepientes de haberme conocido, abogado? -Ni en mil años, corazón.