Capítulo 28: Yo sí

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Taekjoo

¿Por qué habíamos esperado tanto tiempo para hacerlo? Él nunca intentó sobrepasar los límites, a pesar de que en varias ocasiones hubo oportunidad, en el baño, a la hora de dormir, cuando me ayudaba a cambiarme, ni siquiera había sugerido dormir juntos, cada uno dormía en su respectiva habitación.

-Pareces desesperado -comenté mientras lo veía quitarse la camisa.

-Sí, desesperado por ti -se inclinó a besarme.

-¿Cuánto tiempo te has estado conteniendo? -pregunté mientras me ayudaba a quitarme la camisa y los pantalones.

-Más de dos años ¿Por qué? -su respiración estaba agitada y parecía perder el control en cualquier momento, pero aún así, me levanto y acomodó entre las almohadas de la cama, me dió un beso tierno antes de bajar por mi cuello hasta mi clavícula.

-¿Por qué no lo intentaste antes? -inquirí.

-Nunca intentaría nada sin tu permiso, cariño -dijo antes de morder con delicadeza mi cuerpo, dejando marcas por todo mi abdomen.

-Ah... Pues dejame decirte que tienes todo mi consentimiento, no necesitas pedirlo otra vez -me estaba poniendo ansioso, sus besos bajaban más y más.

-Gracias... -mordió la orilla de la última prenda que me quedaba, justo cuando estaba por quitarmela, alguien tocó la puerta.

-Espera, alguien está afuera -lo detuve y suspiró.

-Me importa muy poco sinceramente, solo ignóralo -subió para besarme, pero los golpes en la puerta se siguieron escuchando.

-¿Y si es Vladimir? -lo empujé levemente.

-Vladimir no viene por el día -me ignoró y siguió con lo suyo.

-Ve a ver -lo interrumpí.

-Ugh... -se levantó de la cama, tomó su camisa y se la puso, aún con los botones sin abrochar, salió de la habitación dejando entreabierta la puerta-. ¿Quién carajos me interrumpe en un momento como este? -maldijo a quién fuera que estuviera molestando.

Salió de la habitación y cruzó la sala, lo escuché abrir la puerta y con voz malhumorada habló.

-¿Qué carajos pasa? -cuestionó, me levanté de la cama para asomarme por la puerta y espiar un poco.

-¿Por qué suenas tan enojado? -una voz femenina respondió, desde mi escondite, no podía ver quién era.

-¡¿Ah?! ¡Natasha, lo siento! -su tono cambió drásticamente-. Pensaba que era otra persona.

-No te preocupes, a veces pasa -era Natasha, su amiga del bar.

-¿Qué te trae por aquí? -preguntó.

-Hace mucho frío, ¿Me dejarías pasar primero? -pidió amablemente.

-¿Pasar? Ah... Está bien -ambos entraron a la sala, en donde podía verlos mejor-. Y bien, ¿Qué sucede? -volvió a preguntar mientras se abrochaba un par de botones, Natasha estaba que se lo comía con la mirada.

-Yo... ¡Mi madre! Mi madre me envió a dejarte esto, como son tus favoritos pensó en dejarte unos -le extendió una cesta, estaba ruborizada, no pude evitar reírme internamente.

-¡Oh! Muchas gracias, dile a tu madre que se lo agradezco -Lee Won tomó la cesta de lo que parecían ser algunos panecillos, como la madre de Natasha era panadera, ella también le ayudaba por las mañanas.

-Sí... eh, oye Nikolay -parecía no querer irse todavía, eso me molestó.

-¿Qué pasa? -preguntó dejando la cesta en la mesa.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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Condena de Rosas | LeeJooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora