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21. Mi Mamá.

—Joon-yeong —le dijo Cheong-san— los zombies van a seguirnos y nos escuchan, pero si nos movemos cuando haya un trueno es posible que no nos escuchen. Nadie vendrá a salvarnos ¿no es mejor morir intentando salir que morir aquí?
—¿Cómo? ¿A dónde iremos?
—Si por la puerta de atrás del auditorio hacia las canchas de tenis, y logramos pasar por el aula del inglés, podríamos llegar a la montaña—señaló Cheong-san.

Le contaron el plan al resto y aunque parecía una buena idea, eres igual de arriesgado como las veces anteriores.

—Si logramos llegar a la montaña, podríamos llegar a Yang-dong. Fui con mi papá de excursión un par de veces.
—Aun así ¿no crees que es algo suicida?
—Yo no voy a ir —dijo la de chaleco rosa— tengo miedo. ¿Y si los zombies nos ven salir y nos atrapan?
—Absolutamente nadie nos va a salvar si nos quedamos aquí. Solo nosotros tenemos la posibilidad de salvarnos.
—Noona —Gyeong-su miró a Jiyu, la cual veía hacia la montaña— ¿qué dices?
—Cheong-san tiene razón. Si el helicóptero nos dejó significa que nadie vendrá ya. Debemos aprovechar la lluvia para huir. Nam-ra ¿qué tan sensible eres al sonido?
—Los truenos me lastiman —dijo la pelinegra.
—Probablemente a los zombies no les hagan nada, pero no nos oirán por el ruido. Si nos movemos rápido estaremos a salvo. Cheong-san, tu nos guías.
—Vamos —dijo— si llegara a pasar algo gritaré fuerte para atraer a los zombies y huyan. De cualquier modo, yo moriría solo. Debemos intentarlo.
—Oye, no digas eso. Todos debemos sobrevivir.
—Si alguien tiene que morir...
—Seré yo —dijo la mayor— y me importa un kilo de jengibre lo que digan. Yo soy la mayor y yo Debo hacerlo. Si tengo suerte los veré la fogata.
—Jiyu...
—No, de no haber saltado por esa ventana, no los hubiera conocido y lo más seguro es que no estaría viva. Hubiera muerto yo sola desde que todo inició. Me han salvado tantas veces que es mi turno. Además sale más rápida y nunca pierdo, Así que vámonos.
—Nadie se quedará, iremos en parejas para tomarnos de las manos y protegernos.
—¡Ok! —digo Dae-su— oye —le extendió la mano a la de chaleco rosado.

Ji-min y Hyo-ryung se tomaron de las manos. Nam-ra y Su-hyeok, Woojin y Joon-yeong, Cheong-san y On-jo, Gyeong-su y Na-yeon dejando solos a Dae-su y Jiyu.

—Vamos —Jiyu le dio la mano y él la tomó— corre rápido o te dejo.
—Ya voy, mamá —la puerta fue abierta y avanzaron en silencio con el miedo en la boca del estómago.
Dae-su y Jiyu fueron los últimos y él cerró la puerta muy despacio. Todos avanzaron tratando de no ver los restos de los cadáveres que había en el suelo. Siguieron bajando por las escaleras que escucharon a zombies.

—¿Qué pasa?
—Están ahí —de nuevo un trueno resonó y los zombies se alteraron limpiando el pasillo.
—Vamos —avanzaron hasta el primer piso, pero Woo-jin resbaló con la sangre y Joon-yeong lo alcanzó a detener salvándole de una caída.
Todos lograron salir del edificio, aún en parejas, y se ocultaron detrás de una jardinera.

—Dae-su —susurró Jiyu tocando su hombro— si te caes, te dejo en el suelo.
—Oye, vamos —cuando un zombie se iba acercando, aprovecharon de nuevo los truenos y corrieron pegados al edificio llegando a una camioneta con material de construcción.

Comenzaron a pasar por abajo de él cuando Cheong-san vio a su madre.

—¿Mamá? —la zombies se enteró al ver carne fresca mientras el chico solo veía a su madre, o a la que fue a su madre. Cheong-san iba a ir hacia ella los amigos lo detuvieron. Dae-su, que salió primero de abajo del camión, tomó un tubo y cuando vio en la zombie comenzó a golpearla.
—Hay un zombie aquí.
—Basta —pidió el chico pollo— ¡Detenganse, por favor! —Cheong-san detuvo a Dae-su y comenzó a golpearlo sin piedad mientras el otro se cubría la cara. Jiyu cruzo el camión y empujó a Cheong-san colocándose encima de él.
—Basta Cheong-san, qué haces —levantó un poco la voz para no gritar, pero Cheong-san la golpeó en el pómulo para quitársela de encima.
—¡Déjenme en paz! —Cheong-san iba a detener a los demás hasta que ya no pudo— ¡Mamá!... Mamá...
—Oigan, debemos irnos —Jiyu se colocó de pie empujando a todos.
—Vámonos Cheong-san —Su-hyeok y On-jo intentaron levantarlo.
—Ya, ya, corran —Jiyu tomó el mismo tubo que Dae-su traía y corrió detrás de ellos. Veía el dolor en la mirada del niño y se le formó un dolor de la garganta.

La imagen de su madre recostada en las camilla de un hospital le vino a la mente y sus ojos picaron. Claro que conoce esa clase de dolor.

—¡Corran, no sé detengan! —comenzaron a subir para ir al gimnasio.

Todos avanzaron, pero Hyo-ryung se resbaló con el lodo y se cayó, que venía al final con Ji-min. Jiyu notó que día de sus niñas faltaban y se detuvo. Retrocedió corriendo al notar que un zombie una a atacar a la de chaleco rosa, pero antes de que la tocara, golpeó al zombie con el tubo.

—Vamos, ponte de pie —la ayudó a pararse— arriba, arriba.
—¡Jiyu! ¡Hyo-ryung! —escuchó que les gritaron y vieron a Woo-jin venir, pero las mayor sintió un fuerte agarre en su hombro y el gélido aliento del zombie a qué había golpeado, y tragó duro a la espera de su muerte, pero una flecha atravesó la cabeza del zombie.
—¿Ha-ri? —vio como la chica arquera se iba acercando con otros más y suspiró aliviada.
—Jiyu ¿estás bien? —a Ha-ri le sorprendió el abrazo de su amiga.
—Hermana —Woo-jin sostenía a la de chaleco rosa— ¿Qué estás haciendo aquí?
—Vámonos, rápido —ahora todos corrieron hacia el lugar seguro.

Y mientras ellos llegaban, el resto entró al gimnasio creyendo que están a salvo, pero Nam-ra miró hacia enfrente con miedo.

—¿Qué oyes?
—Tenemos que irnos. ¿No me escucharon? —de nuevo un rayo iluminó el gimnasio dejando ver a todos los zombies. Cuando el resto llegó, Min-ji comenzó a jalar a su amigo, el cuál llevaba muchas horas herido, pero le era difícil después de que las llantas se llenaron de lodo.
Comenzaron a entrar al almacén para ponerse a salvo mientras los zombies llegaban a ellos. El compañero arquero de Ha-ri logró salir, poniéndose a salvo, y mientras Min-ji luchaba, si amiga y compañera de asiento decidió ayudarla. El chico decidió lanzarse al suelo, para darles tiempo, sacrificando su vida. Jiyu jaló a Min-ji mientras ella se negaba a abandonarlo, y un zombie las empujó cayendo encima de la corredora.
Ella luchó con todas sus fuerzas para que no la mordieran, y el zombie fue lanzado hacia un lado por Su-hyeok. Los demás entraron al almacén, arrastrando a Min-ji que seguía peleando.

Min-ji lloró mientras otros se abrumaron por el cansancio. Ha-ri tomó la mano de su hermano y un gran peso de liberó de sus hombros.
Y de nuevo están atrapados, a salvo, aunque no estaban bien.

Los siguientes capítulos estarán tristes, así que prepárense con los pañuelos y los bates para que me den en la cabeza 😭

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Los siguientes capítulos estarán tristes, así que prepárense con los pañuelos y los bates para que me den en la cabeza 😭

CORRE; ESTAMOS MUERTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora