Amor en sombras.

Chapter 3

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Capítulo 3:
Ecos de Confianza
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Las semanas continuaban pasando, y con ellas, los encuentros entre Will Cipher y Stanford Gleeful se volvían más frecuentes. La desconfianza inicial de Will hacia Ford se había ido desvaneciendo lentamente, sustituida por una curiosidad que no podía ignorar. Ford, con su inusual inteligencia y un poco de carisma, se había convertido en una presencia constante en la vida de Will. Cada visita, cada conversación, era un paso más hacia algo que Will no podía definir completamente, pero que empezaba a aceptar.

Una tarde gris, Ford apareció en el claro del bosque, donde solían encontrarse, con una pequeña caja de madera. Sus movimientos eran tranquilos, como siempre, pero Will notó una ligera tensión en sus hombros, algo que indicaba que lo que llevaba era más importante de lo habitual.

"Hoy traje algo especial," dijo Ford, abriendo la caja para revelar un antiguo amuleto de aspecto rústico, tallado con símbolos que Will no reconoció del todo, entendió que era una runa que hace un tiempo vio en su niñez, la runa del selló,inmediatamente como runas de casi de protección,algo que no era del todo cierto.
"Este amuleto es único. Está diseñado para proteger no solo el cuerpo, sino también la mente de cualquier influencia externa."

Will miró el amuleto con interés, aunque algo en él lo hizo dudar. "¿Por qué me lo estás mostrando?" preguntó, sabiendo que Ford siempre tenía un motivo detrás de cada uno de sus movimientos.

Ford lo miró directamente a los ojos, su expresión más seria de lo habitual. "Porque creo que podrías necesitarlo," respondió con franqueza. "Sé que hay cosas en este mundo, y más allá de él, que intentan influir en nuestras mentes. Incluso en las tuyas, Will."

Will se quedó en silencio por un momento, sintiendo que esas palabras cargaban un peso que iba más allá de la simple preocupación. Ford estaba tratando de protegerlo, pero ¿de qué exactamente? ¿De alguna amenaza externa, o de algo más profundo, algo que Ford aún no le había revelado?

"¿Y cómo sé que esto no tiene un propósito oculto?" preguntó Will, aunque su tono no era acusatorio, sino más bien de genuina curiosidad. "Tú siempre tienes un plan, Ford. No puedo evitar preguntarme qué es lo que realmente estás buscando."

Ford soltó un suspiro suave, como si hubiera esperado esa pregunta. "No te culpo por dudar," dijo con honestidad. "Mi vida está llena de planes y estrategias, lo sé. Pero créeme cuando te digo que no hay un motivo oculto aquí. Solo quiero asegurarme de que estés a salvo, Will."

Esa última frase resonó en la mente de Will. Las palabras de Ford sonaban sinceras, y por primera vez, Will sintió que tal vez había algo más que simples manipulaciones. Quizás Ford realmente se preocupaba por él, más allá de lo que parecía a simple vista.

Lentamente, Will extendió la mano y tomó el amuleto. Al contacto, sintió una ligera vibración que no le gustó, como si el objeto estuviera vivo de alguna manera. "¿Y cómo funciona?" preguntó, observando el amuleto con una mezcla de duda y cautela.

"Solo necesitas mantenerlo cerca," explicó Ford. "Se alimenta de la energía de su portador. Cuanto más lo uses, más fuerte se vuelve la protección. Y, por supuesto, más difícil será para cualquier entidad externa influir en tu mente."

Will asintió lentamente, sintiendo que, de alguna manera, Ford estaba hablando no solo del amuleto, sino también de la conexión que estaban formando. Cada día, Ford estaba tejiendo un lazo más fuerte con él, un lazo que, sin darse cuenta, Will comenzaba a aceptar.

"Gracias," dijo finalmente Will, guardando el amuleto en un bolsillo oculto de su túnica. "Lo llevaré conmigo."

Ford sonrió, pero había algo en esa sonrisa, una sombra de satisfacción que Will notó, aunque decidió no mencionarla. Sabía que Ford siempre tenía un plan, pero por ahora, estaba dispuesto a confiar en él, al menos en lo que respectaba a su seguridad.

Mientras caminaban juntos hacia la salida del bosque, el silencio entre ellos era cómodo, casi natural. Will comenzaba a aceptar que, aunque su relación con Ford estaba lejos de ser simple, había algo en ella que le daba una extraña sensación de pertenencia. Quizás, solo quizás, estaba empezando a encontrar en Ford algo más que un simple aliado. Quizás estaba encontrando a alguien en quien podía empezar a confiar, aunque esa confianza estuviera construida sobre cimientos de cautela y desconfianza.

Y mientras el sol se ponía en el horizonte, Will no podía evitar pensar que, a pesar de todas las dudas, había algo en Ford que lo atraía, algo que lo mantenía atado a él, como si su destino estuviera ligado de alguna manera a ese hombre complejo y peligroso.

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