Amor en sombras.

Chapter 5-6

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Capítulo 5:
Sombras de Rivalidad.
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El sol apenas asomaba en el horizonte cuando Will Cipher regresó a la mansión Gleeful, decidido a profundizar en lo que Ford le había mostrado la noche anterior. Lo que Will no sabía era que, desde su partida, Ford había estado dándole vueltas a una mezcla de pensamientos amargos, reviviendo viejas rivalidades y enojos que lo corroían por dentro.

Cuando Will tocó la puerta, fue recibido por un Ford que no era el mismo de la noche anterior. Había algo oscuro en sus ojos, una tensión contenida que parecía a punto de estallar.

"Buenos días" dijo Will, sonriendo de manera despreocupada, ajeno al torbellino emocional que su presencia había desencadenado en Ford.

"Will," respondió Ford, intentando ocultar la frialdad en su voz. Pero la intensidad de su mirada traicionaba sus intentos de mantener la compostura. "Es... temprano para una visita, ¿no crees?"

Will notó la rigidez en Ford, pero no pudo discernir la causa. Decidió seguir con el tema que lo había traído de vuelta. "Quería saber más sobre lo que me mostraste anoche, y también sobre Fiddleford. Me pareció... interesante."

La mención de Fiddleford fue como un disparo directo al ego de Ford. Una sombra cruzó su rostro, y su mirada se volvió peligrosa. "Fiddleford... él no es alguien de quien debas preocuparte. Es solo... un conocido. Nada más."

La tensión entre ellos crecía. Ford intentaba controlarse, pero su mente seguía atada a los recuerdos de su juventud, cuando él y Fiddleford competían por la beca que cambió sus vidas. Ford había ganado, y Fiddleford nunca lo había perdonado. Esa rivalidad seguía viva, y la mención de Fiddleford en los labios de Will, le da irritación, solo avivaba las brasas del resentimiento.

"Entiendo," dijo Will, sin notar completamente el peligro latente en la actitud de Ford. "Pero parece que hay algo más ahí... ¿Estás seguro de que no quieres hablar de ello?"Notó preocupado por la atmósfera que se creaba en la entrada de la mansión.

Ford apretó los dientes, tratando de contener su frustración. "No hay nada más que decir, Will. Fiddleford es simplemente alguien con quien tengo que lidiar por el bien de mi hermano. Si no fuera por Stanley, ni siquiera cruzaríamos caminos."

Will intentó leer entre líneas, pero la actitud de Ford lo desconcertaba. Decidió no presionar más, al menos por el momento. "Bueno, si alguna vez necesitas hablar, estoy aquí para ti."

Ford asintió, pero sus pensamientos seguían enredados en la maraña de celos y resentimiento. La presencia de Will y su interés en Fiddleford, todo parecía agravar la situación, y Ford no podía evitar sentirse inquieto. Will era importante para él, más de lo que estaba dispuesto a admitir, y la idea de que alguien más pudiera acercarse a él, especialmente Fiddleford, lo enfurecía de una manera que no podía controlar, pero lo tenía que mantener así, es un Gleeaful y tiene que comportarse como tal.

Mientras caminaban hacia el interior de la mansión, Ford intentaba recuperar su calma habitual, pero la sombra de su rivalidad con Fiddleford seguía acechando, lista para resurgir al menor indicio de competencia. La tensión entre ellos era palpable, y aunque Will no lo sabía, Ford estaba librando una batalla interna que podría afectar profundamente su relación.

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Capítulo 6:
Ecos del Pasado.
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Ford Gleeful se quedó mirando la puerta cerrada de la cocina, sus pensamientos atrapados en un torbellino de recuerdos que preferiría olvidar. Mientras Will se sentaba en una de aquellas cómodas sillas, ajeno a la tormenta que se desataba en la mente de Ford, casi no queriendo meterse tanto en el tema, ya la había regado demasiado, Ford se perdió en las memorias de una confrontación que había marcado su compañerismo con Fiddleford McGucket.

Recordaba claramente la noche en que todo estalló. Estaban en el laboratorio de la universidad, trabajando en un proyecto que había exigido lo mejor de ambos. Sin embargo, la tensión entre ellos era palpable, cada palabra intercambiada cargada de resentimiento y envidia. Fiddleford, siempre intentando enojar a Ford, no soportaba ver cómo Ford tomaba decisiones rápidas y, en su opinión, imprudentes. Pero lo que más lo carcomía por dentro era la beca, esa codiciada oportunidad que Ford había ganado y que él solo había estado soñado.

Las discusiones entre ellos eran frecuentes, pero esa noche, las palabras no fueron suficientes. Fiddleford lo había acusado de haber ganado la beca no por mérito, sino por favoritismo. Esa acusación, tan dolorosamente injusta para Ford, fue la chispa que encendió la explosión.

"¡Eres un perdedor Fiddleford!"

"¡Hablo don perfecto, ni siquiera te esfuerzas,tal vez hasta el inepto de Stanley me apoyaría!"

Sin pensarlo, Ford había soltado un golpe que Fiddleford no había visto venir. El impacto resonó en la pequeña habitación, y antes de que se dieran cuenta, ambos estaban enfrascados en una pelea furiosa, golpeando, empujando, derribando todo a su alrededor. Las emociones reprimidas durante años encontraron salida en todos los puñetazo,y en cada palabra destructiva.

Al final, ambos quedaron exhaustos, magullados y heridos. No hubo disculpas, solo una fría decisión de mantenerse alejados el uno del otro. A partir de ese momento, su casi empatía nunca volvió a ser la misma. La rivalidad se había convertido en algo frecuente, que solo se mantenía bajo control por la presencia de Stanley.

Ford sacudió la cabeza, tratando de desprenderse de esos pensamientos, pero no podía evitar sentir la furia y la humillación de aquel enfrentamiento. A pesar de los años, el resentimiento seguía ardiendo en su interior, especialmente ahora que Fiddleford estaba casado con Stanley, complicando las cosas con su presencia.

Mientras tanto, en la gran cocina, Will Cipher se encontraba completamente ajeno al tormento interno de Ford. Estaba cómodamente sentado en una silla alta, una taza de té en una mano y una revista en la otra. La revista estaba llena de curiosidades, pequeños artículos sobre fenómenos inexplicables y teorías extrañas que captaban su atención. Will sonreía para sí mismo, absorto en un artículo que especulaba sobre la existencia de dimensiones paralelas, sin darse cuenta del pesado ambiente que lo rodeaba.

Ford, al borde de la cocina, observó a Will con una mezcla de frustración y cariño. Parte de él deseaba que Will no estuviera tan distraído, que pudiera entender lo que estaba pasando en su mente. Pero al mismo tiempo, una pequeña parte de él se alegraba de que Will no tuviera que cargar con esos recuerdos tan simples.

Decidió no interrumpir a Will, dejando que disfrutara de su tranquila mañana mientras él, en silencio, trataba de mantener bajo control los fantasmas de su pasado. Sabía que eventualmente tendría que lidiar con Fiddleford y todo lo que su regreso significaba, pero por ahora, solo quería un momento de paz.

Se acercó a Will y se sento enfrente de el, ambos charlando cada uno dando datos y confirmando o negando cosas de la revista.

Ese día Ford anotó mentalmente que a Will le encantan las estrellas.

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