Estrategia

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Penelope se alegró, una vez más, de tener a Eloise en su vida, de que ella no la juzgara, que incluso entendiera el amor que sentía por su hermano, que la abrazara y secara sus lágrimas cuando lo necesitó y que a pesar de todo no tomara partido por él.

– ¿No has pensado... no has pensado que tal vez Colin tenga otro motivo para hacer lo que hizo? –preguntó Eloise con cuidado. Ambas se encontraban sentadas en la cama de la pelirroja, rodeadas de pañuelos.

– ¿Qué otro motivo podría haber El? ¿Está enamorado de mí? – dijo Penelope con una risa melancólica.

– Yo... he pensado algo así... – añadió.

– Por favor El – dijo Penelope recelosa.

– Pen, en todas las fiestas, cuando estamos juntos, no se despega de tu lado y esto ha ocurrido desde mucho antes de la exigencia de mi madre... ¿Cuál sería el motivo si no es así?

– Soy una persona bastante agradable por si no te has dado cuenta – dijo la pelirroja con una leve risita– no todo tiene que tener un matiz romántico, por mucho que anhelara que así sea – finalizó.

– Solo te sugiero que le des el beneficio de la duda...

– ¿Y qué hago con esto? –dijo señalando una de las noticias – todo el internet me odia por engatusar al perfecto Colin Bridgerton. Hasta dicen que le hice brujería, Eloise...

– Penelop...

– Y eso es porque nadie, nadie, NADIE, puede entender, y con toda la razón del mundo obviamente, que alguien como él pueda interesarse o estar con alguien como yo... solo mírame.

– ¡Basta Penelope! –dijo Eloise molesta – ¿acaso no te ves? Sí, puede que no tengas la figura de una modelo ¿y eso qué? Eres hermosa de todas formas, tu cabello, tus ojos, tu rostro, tu personalidad, podrías conquistar a cualquier chico que te propusieras... incluso a mi herm... a Colin.

– Pues la gente de internet no piensa lo mismo, según ellos debo saber un secreto muy sucio de Colin como para que él esté conmigo. O sea, lo estoy chantajeando... – añadió mostrando el ipad a su amiga.

– Pues déjame decirte que la gente de internet no tiene ni puta idea de quién es Penelope Featherington.

– ¡Eloise! –dijo Pen con una sonrisa, su amiga no era asidua a los improperios.

– Por favor deja de leer esos estúpidos comentarios, no tienen... – el sonido de su teléfono la distrajo– Pen, es Colin.

Penelope no sabía que decir, no había respondido ninguno de los mensajes del Bridgerton y había dejado su teléfono bastante lejos de ella cuando comenzó a hablar con Eloise.

– ¿Puedo? –preguntó la mujer a la pelirroja.

– Haz lo que quieras, pero yo no quiero hablar con él.

Eloise asintió y tomó la llamada.

¡Eloise! ¿Estás con Pen? – dijo la voz en la otra línea, el solo oír su voz le hizo sentir escalofríos, la Bridgerton se dio cuenta y optó por seguir hablando en otro lado, por lo que se levantó de la cama y se acercó a la puerta.

– Hola para ti también – dijo la mujer– Sí, Colin, pero ni te molestes, no quiere hablar contigo por ahora – respondió Eloise caminando por la sala– Colin, ¿tuviste algo que ver con las fotografías? – preguntó con molestia– ¿Cómo crees que se siente? ¿Leíste los comentarios? La están destrozando – continuó– no, no por favor, no hagas nada hasta que hables con ella... no Colin, no sé cuándo será eso, no puedo obligarla ni quiero hacerlo ok, recuerda que es mi amiga también, por supuesto que estaré con ella, de acuerdo, adiós.

El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora