El precio del amor

Familia

La vida social me ha jugado una mala palabra y no pude actualizar antes 🥲
Espero que este capítulo especialmente spicy pueda compensarlo.
Había pensado en 10 capítulos para ese fanfic, pero creo que serán 11, aún faltan algunas cosillas que explorar.
Espero les guste.
Recuerden, es un cap. +18
(Mil gracias por sus comentarios y estrellitas ❤️❤️❤️❤️)

✒️✒️✒️✒️

         El regreso al trabajo fue justo como Penelope había imaginado: todos los ojos estaban puestos en ella, llenándola de preguntas sin fin sobre cómo se sentía, cuándo sería la boda y cualquier otro detalle que pudieran sacarle. Penelope nunca había sido el centro de tanta atención, y para su sorpresa, lo detestaba. Cada pregunta la hacía sentir más incómoda, deseando que el furor se disipara pronto y la siguiente gran noticia fuera sobre la boda, el divorcio o el escándalo de cualquier otro famoso. Sin embargo, con la publicación de la revista todo empeoró.

— Pero si es nuestra nueva super estrella.

Penelope se sobresaltó al escuchar la voz de Cressida detrás de ella, tan afilada como siempre.

— Cuando te publiqué como una posible candidata para ser la novia del Bridgerton, jamás pensé que esto pasaría — continuó Cressida, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos — pero aquí estás, en la portada de nuestra revista, como si fueras alguien importante. ¿Qué diría Lady Whistledown al respecto?

El comentario mordaz de Cressida la hizo estremecer. Penelope se giró lentamente, recomponiéndose mientras intentaba mantener la compostura. Las palabras de Cressida no solo estaban llenas de sarcasmo, sino que también contenían una verdad incómoda. Años de haber sido el blanco de sus burlas aún resonaban en su mente, y la mención de Lady Whistledown, aunque inofensiva para el resto, era una puñalada directa a su orgullo y a su más íntimo secreto.

— ¿Qué quieres Cressida? — Penelope no tenía paciencia para esa mujer en este momento.

— Quiero la verdad. ¿Por qué Lady Whistledown no ha publicado?

— ¿Cómo habría de saberlo? — preguntó inocentemente.

— Eres su editora ¿no? — agregó alzando una ceja suspicaz.

— Pero no soy su amiga, ni siquiera la conozco... solo recibo su material y no he recibido nada. ¿Alguna otra pregunta?

— No por ahora. Te dejo un regalo para que disfrutes... mientras puedas —dijo, antes de retirarse con un movimiento grácil, dejando la revista en el escritorio de la pelirroja.

Penelope sostuvo la revista en sus manos, incapaz de apartar la vista de la portada. Ahí estaban ellos, capturados en un momento que parecía sacado de una historia de amor perfecta: Colin y ella sentados en un sofá, mirándose con una ternura tan genuina que cualquier espectador lo interpretaría como una evidencia incuestionable de su supuesto romance.

Suspiró profundamente, sintiendo el peso de su propia farsa. El cariño que se tenían, la amistad que habían construido durante años, parecía suficiente para engañar al mundo, pero no a su corazón. Y cómo dolía esa mentira, tan cercana a la verdad que casi podía saborearla. Los sentimientos que había intentado reprimir, aquellos que había escondido detrás de sonrisas y palabras cuidadosamente elegidas, se desbordaban en cada foto.

Al pasar las páginas, las imágenes de la entrevista no hicieron más que intensificar esa sensación. En cada una, se podía percibir la conexión entre ellos, una tensión palpable que hablaba de sentimientos no expresados y deseos no confesados. Colin la miraba como si ella fuera la única persona en la habitación, y Penelope respondía con la misma intensidad, sus ojos hablando en un idioma que solo ellos dos entendían.