Serie Sultanas İnjusticiadas - Libro Dos
La Joya de Circasia. Fue así que me describieron al Şehzade Süleyman cuando le ofrecieron mi mano. Yo era hermosa ,joven y feliz. Mi padre era un poderoso príncipe, gobernante de Karbadia. Mi madre tenía cone...
Hoy es el gran día. El día en que me casaré con el Şehzade Süleyman del İmperio Otomano. Actualmente, él es el único príncipe vivo, y heredero del trono.
Estos últimos años fueron un poco difíciles. Con todos los recuerdos que tenía,no era fácil lidiar con el cuerpo de niña y los recuerdos de mujer adulta. Pero logré pasar por todo.
Busqué también fortalecerme como mujer, política y princesa. Me acerqué de mi padre, y él no se negó a enseñarme nada. Deja que me vista como un niño para cazar, entrenar halcones,luchar con la espada,con el arco,y lucha cuerpo a cuerpo. También me educó en la política, así como lo hizo mi madre. Aprendí idiomas, llegando a hablar ocho. Me hice respetada por los jefes locales. Sí un día necesito, mi pueblo no me dará la espalda.
Tengo una buena relación también con mis hermanos. Los amo demasiado. Y es por eso que me duele un poco dejarlos a todos. Pero es necesario. Tengo planes.
El viaje será un poco largo ,pues mi padre cree que es más seguro dar una vuelta de barco después de dejar el territorio entre las montañas.
El casamiento se realizará by proxy. Hoy,en el İmperio Otomano,en la provincia de Manisa, un representante de mi padre, y uno del sultán Selim, oficializan nuestro matrimonio.
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Llegar a Manisa fue fácil. Cuando ya estábamos cerca, mi arreglé con un baño especial,me vestí,y esperé la hora de salirnos a los botes para llegar en el puerto. Ahí,nos esperarían carruajes para llevarnos hasta el Palacio.
Conmigo venía Zofia,una leal sirvienta que me regaló mi madre, y Anna, la hija de un de los boyars leales a mi padre. Ellas serían mis damas de compañia.
La llegada al palacio fue en fiesta. Al salir de la carruaje,con ayuda de un agha, fuí recibida por la Sultana Hafsa. Ella elogió mi belleza,y mi educación,cuando le contesté en un turco perfecto, a pesar de que ella me habló en ruso. Besé su mano, y le di los saludos de mis padres.
Después vino él. Süleyman. Me había olvidado lo cuanto era hermoso en su juventud.
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