Lost | Winrina

ox.

Minjeong sacó las llaves de la cerradura y abrió la puerta lentamente. Entró en la oscura casa, de puntillas para no hacer ruido. Cerró la puerta tras de sí y giró la cerradura sin hacer ruido.

Dejó el maletín en el suelo y se quitó rápidamente la chaqueta y los zapatos.

Pasó con cuidado por la sala de estar vacía y estaba a punto de poner el pie en la escalera cuando vio algo que se acercaba a ella desde la cocina poco iluminada.

"¡Uf!" La fuerza del golpe la hizo tambalearse hacia atrás antes de que consiguiera recuperar el equilibrio. "¡Yah! ¿Por qué sigues levantada?" Siseó.

"Te estaba esperando".

"¡Pero es tarde! Tienes colegio mañana". Intentó despegar la cara de la niña de su cadera. "Si tu madre se entera..."

Como si fuera una señal, las luces se encendieron y la niña se escondió rápidamente detrás de la espalda de Minjeong; haciendo que Minjeong se riera. "Uh-oh, alguien está en problemas ahora".

"Choi Heeryung..." Llegó la voz desde lo alto de la escalera.

Minjeong pudo sentir unas pequeñas manos agarrando con fuerza la parte trasera de su camisa. Ella sonrió.

"Mejor sube, Ryung-ah". Le dio un codazo a la chica con una mano.

La niña salió lentamente de su escondite, con la cabeza baja. "Sí, mamá". Su única mano seguía sujetando la de Minjeong.

"¿Qué haces fuera de la cama?" Karina bajó las escaleras.

"Esperando a Umma".

"¿Sabes que ya ha pasado tu hora de dormir?"

La niña asintió obediente.

"Vuelve a la cama entonces".

"¿Sola?" Miró a Karina con ojos de cachorro triste.

Karina suspiró. "Vendré a leerte un cuento para dormir dentro de un rato, ¿de acuerdo?". Su tono se suavizó.

La niña sonrió. "¡Sí!" Luego tiró de la mano de Minjeong, haciéndola agacharse. "Buenas noches, Umma". Se puso de puntillas y besó la mejilla de Minjeong antes de subir corriendo las escaleras hacia su habitación.

Minjeong esperó hasta oír el sonido de una puerta cerrándose antes de reírse a carcajadas.

"Sí, adelante. Ríete. Para empezar, no estabas aquí para acostarlos".

"Hola a ti también", besó a Karina. "¿Por qué estás tan malhumorada?" Usó su mano libre para acercar a Karina por la cintura.

"Sólo estoy cansada, supongo". Karina apoyó su frente en la de Minjeong y cerró los ojos.

"Bienvenida al club", dijo Minjeong.

"Lo siento..."

"Está bien". Minjeong le dio a Karina otro rápido beso. "¿Inho está dormido?"

"Afortunadamente sí". Karina respiró profundamente. "Recuérdame otra vez por qué hicimos esto". Rodeó el cuello de Minjeong con sus brazos.

Minjeong se rió. "Ya sabes por qué".

Permanecieron en silencio durante un minuto, apoyadas la una en la otra.

"Sólo unos días más, Rina. Luego tendrás tu merecido descanso".

"Sí". Karina soltó a Minjeong. "Ve a ducharte. Le debo a alguien un cuento para dormir. Te culpo por ese truco de los ojos tristes de cachorro".

"¿Perdón? Eso es totalmente cosa tuya. Me lo haces a cada rato".