LOGAN
El aire en el paddock está cargado, pesado con la tensión que se despliega entre nosotros. Nicki está allí, sus ojos destilando una mezcla de dolor y determinación, y yo, parado frente a ella, siento que cada palabra que pronuncio es un intento desesperado de mantener a flote algo que ya parece irremediablemente roto.
—Si eso es lo que necesitas... —musito, con voz apenas audible, tratando de sostenerme en medio de la tormenta emocional. Mi garganta está seca, mi corazón golpeando contra las costillas, como si quisiera escapar. —No voy a detenerte. Pero quiero que sepas que... Da igual lo que sienta ahora, ya no importa. —Las palabras salen de mi boca como si estuvieran hechas de plomo. Me doy media vuelta, sintiendo el peso de la decepción y la tristeza colapsando sobre mis hombros.
Mis pasos son pesados mientras me dirijo a mi auto, la sensación de derrota y desolación me arrastra. Cada uno de mis movimientos parece ralentizado, como si el dolor se hubiera convertido en un ancla, inmovilizándome en el momento.
Miro hacia atrás por encima del hombro, solo para ver a Nicki girando en dirección opuesta, alejándose de mí con una determinación quebrada. La imagen de su figura encorvada, su caminar lento y doloroso, es una herida abierta que no puedo sanar.
Cuando alcanzo mi auto, mis manos tiemblan al tocar la puerta. La noto fría y metálica, un contraste cruel con el calor que siento dentro de mí. Me apoyo contra el auto un momento, con la cabeza inclinada, intentando controlar la agitación en mi pecho. Cada palabra, cada gesto de Nicki retumba en mi mente, como ecos de una conversación que ya parece inalcanzable.
Con esfuerzo, abro la puerta del auto y me siento en el asiento del conductor. El interior está en silencio, pero mi mente es un torbellino de pensamientos. Las palabras de Nicki, su dolor y su furia, se entrelazan con mi propio arrepentimiento. Me paso una mano por el rostro, tratando de disipar la sensación de derrota que me ahoga.
Arranco el motor, el rugido del auto llena el silencio que antes nos envolvía. Mis manos tiemblan ligeramente al girar el volante, y trato de concentrarme en la carretera, en el camino que se extiende frente a mí, tratando de ahogar el dolor que me invade. Cada giro, cada aceleración, es un intento por escapar de la tristeza que me consume. No puedo sacudirme la imagen de Nicki, su rostro enmarcado por las lágrimas que se negó a dejar caer frente a mí. Esa imagen me persigue, sus ojos que se llenan de dolor y luego se llenan de resolución cuando decidió alejarse. Mi pecho se siente como una olla a presión, la presión interna sube, casi ahogándome.
El recuerdo de su voz quebrada, el temblor en sus palabras, resuena en mis oídos. Me cuesta concentrarme en la carretera, y cada vez que intento empujar ese pensamiento fuera de mi mente, vuelve con más intensidad. La desesperación que siento ahora es un eco constante de sus palabras, una constante recordatorio de lo que hemos perdido y las palabras no dichas. Quería decirle que la quiero, que me había enamorado de ella pero eso no iba a cambiar nada, el dolor ya estaba instalado, y ahora no hay forma de que me escuche.
La última carrera antes del receso de verano en Bélgica, en el icónico circuito de Spa-Francorchamps, uno de mis favoritos, se desarrolla en medio de un ambiente cargado de tensión. La lluvia fina empieza a caer, haciendo que el asfalto se vuelva traicionero. El rugido de los motores llena el aire, pero el sonido se vuelve casi ensordecedor frente al tumulto en mi mente. Mi cuerpo está aquí, en la pista, pero mi mente sigue atrapada en el dolor y la confusión que dejó la confrontación con Nicki en Budapest.
—Logan, concéntrate —la voz de Christian suena por la radio, cortando mis pensamientos.
—Lo intento —respondo, mi voz carente de la confianza habitual.

ESTÁS LEYENDO
Curvas Peligrosas [+18] [Finalizada]
RomanceNicki y Logan se consideran mutuamente las personas más insoportables. Sin embargo, su relación da un giro radical cuando comienzan a trabajar juntos en un proyecto que los obliga a pasar una gran cantidad de tiempo en estrecha colaboración. A medid...