Intimidadᵀᵒᵐᵃʳʳʸ

Capítulo 4: [Primeras impresiones]

14 de julio de 1997

Una vez terminada la selección, en la que el Emperador eligió a seis nuevas concubinas en total, Harry fue conducido a otro carruaje. Éste era mucho más grandioso que el que había llevado con Dahlia al palacio, y también mucho más grande por dentro. Su decoración establecía claramente la diferencia entre el dinero que los Malfoy habían obtenido a través de siglos de engaños y la riqueza que el Emperador había adquirido al conquistar el mundo.

Era de color negro y plateado, con el escudo de la familia imperial Slytherin grabado en sus lados. La alfombra negra era suave bajo sus pies, y los asientos aún más lujosos, con pequeñas almohadas esparcidas para mayor comodidad. Tirado por hipogrifos, no fue una sorpresa que todo el viaje incluyera a personas que miraban boquiabiertas al carruaje, de quienes se alejó, corriendo las cortinas para tener privacidad. Harry no lo compartió con nadie más, siendo el único Noble designado ese día.

¿Y no fue un shock? Incluso Dahlia, cuya familia tenía conexiones tan estrechas con el propio emperador, solo había sido nombrada asistente de primera clase. Ella, junto con los otros cuatro elegidos, viajaba en un carruaje singular detrás de él que parecía más pequeño, pero sabía que las apariencias externas engañaban en el mundo mágico.

"Noble" era un título que solo se había otorgado a un nuevo miembro un par de veces antes, y Harry estaba agradecido por el privilegio, por un rango que hacía más fácil probarse a sí mismo. Su posición le daría a su familia una cierta cantidad de prestigio, y esperaba que solo ascendiera en las filas del harén a partir de ahora. Para que su familia recuperara su estatus anterior en la sociedad, tendría que ser nombrado al menos concubina, lo que lo designaría como esposo legal del Emperador. Dudaba que alguien quisiera ir en contra de la familia de una concubina, que tenía los oídos del gobernante del mundo.

El carruaje se detuvo después de alrededor de una hora de viaje, después de haber viajado desde la Ciudad del Honor, a través de la Gran Ciudad de la Soberanía Eterna y hasta la Corte de la Belleza y la Pasión. La puerta se abrió después de un fuerte golpe, inundando el espacio de luz. Un eunuco estaba de pie al pie de los escalones del carruaje, inclinado con una mano extendida. —Señoría, noble Potter-Black, hemos llegado al Salón de Adoración. El eunuco era mayor que uno que había visto anteriormente, pero el brillo agudo de sus ojos delataba que no había que subestimarlo. "Por favor, permita que este los acompañe a sus aposentos por la noche." Harry tomó su brazo extendido suavemente, cauteloso de poner tanta tensión en su aparentemente delicado cuerpo. Sus propias sirvientas entraban en la Corte por la puerta de los sirvientes, por lo que no estaban allí para hacer este trabajo como lo habrían hecho normalmente.

—¿Puedo preguntarle su nombre? —preguntó Harry, tan cortés como se atrevía a alguien que ahora se consideraba mucho menos que él. Tenía que acostumbrarse rápidamente -suponía- si quería tener una oportunidad en este palacio mortal, pero no le iba a gustar nada. Sin embargo, enfrentarse al desprecio de los demás miembros sería demasiado perjudicial para su familia como para intentar ir en contra de tales reglas. No hasta que llegó a tener un alto rango y se ganó el favor de Su Majestad. Pasarían algunos años hasta que realmente pudiera hablar como quería. Ojalá.

El anciano sonrió, su sonrisa amable y de abuelo, contrastaba con sus ojos pétreos. —Soy el anciano Evern, su señoría, un eunuco que ha estado al servicio de Su Majestad durante cincuenta años. Lo que significa que el emperador había estado coleccionando eunucos mucho antes de convertirse oficialmente en emperador. Se rumoreaba entre las casas nobles que el emperador creía que su gobierno había comenzado muchos años antes de que Gran Bretaña fuera tomada, cuando todavía llevaba el título de "Señor". Había planeado su toma de posesión a fondo, si estaba tan preparado para un eventual harén.