Mi padre me vendió al Rey, después de pasar por tantas dificultades, sangre, muertes y miles de sucesos de este oscuro mundo, ahora tengo que pasar por el obstáculo más grande... no enamorarme de ÉL.
La enfermera iba a tomarle los signos y a darle los medicamentos, pero cuando entró y los vió así abrazados, no dijo nada y volvió a salir por las mismas sin hacer ruido.
Noah se despertó primero Pero no quería despertarla, la tenía entre sus brazos y está vez no estaba pataleando para que la soltará, ademas se veía hermosa ante la luz del amanecer, así que solo se dedicó a admirarla.
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-Buenos días pequeña -dijo con voz ronca Pero suave a la vez.
-¿Que...que haces? -dijo sorprendida pero a la vez sonrojada al ver tremendo cuerpo en la mañana.
-Cubriendote de la luz para que no te dé en la cara preciosa y ¿porque tan tímida? Si ayer te gozaste tocando todo mi cuerpo -dijo con una sonrisita y posicionándose alrededor de ella.
-No...no es cierto, yo solo quise ayudarte -dijo mientras retrocedía cada vez más hasta chocar con el respaldar de la cama.
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-Pues no te creo, pude ver deseo en tu mirada, ¿porque no aceptas que quieres ser mía? -dijo tomando la mano de Nina y haciendo que ella toque con sus dedos desde su pectoral hasta su abdomen.
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El se acercaba cada vez más, pero Nina aunque se había quedado como una estatua al poco tiempo reaccionó y puso su mano en el pecho de Noah para pararlo, sin embargo esto no fue suficiente para detenerlo ya que el tomó esa mano y la puso a un lado de ella para prácticamente estar encima de ella, no tenia escapatoria.
