Capítulo Veintiuno

52 3 2
                                    


Jessica Stark.

Mis manos se movían erráticas hacia cualquier lado mientras Justin escuchaba todo lo que salía de mis labios de manera atenta. Mi estrés solo iba en aumento con el pasar de la semana y las cosas en mi entorno eran tan extrañas que no sabía decir si mejoraba o solo empeoraban, y la situación con Maureen en casa era una de esas cosas que no sabía cómo clasificar, debido a que un día todo iba genial, al otro estábamos mal, y luego estaban esos días de incomodidad en donde las cosas se mantienen en un punto no identificado, ya que no estamos bien pero tampoco mal.

—Entonces, en pocas palabras, esa ha sido mi semana...— Le comento a Justin mientras estamos en mi habitación, tumbados en la cama, descansando por ser fin de semana.

—Joder chica, tu vida parece un triángulo amoroso digno de k-drama, el chico bueno, el chico malo, la amiga nefasta y la protagonista ingenua que no sabe por cuál decidirse.

Le doy un manotón a Justin debido a sus palabras y él simplemente empieza a reírse, como si todo lo que le conté le resultase lo más divertido del planeta.

—Con primos así, ¿Para qué enemigos?— Justin rueda los ojos ante mi respuesta y empiezas a acariciar mi cabello.

—Te diría que te mudaras conmigo para evitar que pases por esto, Pero lastimosamente no puedo enana.

—Lo sé— Suspiro tratando de no colapsar, si las cosas seguían así, no dudaba que el estrés me causara estragos— Hoy vamos a cenar pizza para recuperar nuestro tiempo de amigas.

Justin me miró alzando una ceja, incrédulo ante las palabras que salieron de mi boca. Diciéndome que era una idiota sin tener que abrir la boca para profesar palabra alguna.

—¿Qué debo hacer para que entiendas de una vez por todas que tu amistad con esa chica te hará daño Jessica?— Preguntó mi primo mirándome serio, algo bastante raro en él, ya que normalmente anda por la vida con una sonrisa que parece no desaparecer nunca de su rostro— Esa tipa es el antonimo de la palabra amiga Jessa, no es buena chica.

—¿Por qué siempre te empeñas en decirme esas cosas sobre ella Justin? Maureen es mi mejor amiga desde hace años y la conozco mejor que muchos— Le dedico una mirada de cansancio. Maureen y yo hemos sido amigas desde que ambas tenemos uso de razón, Pero tal parece que a Justin y mamá se les olvidó dicho detalle a mediados de secundaria.

Justin apretó bastante su puño asistiendo con entendimiento y solo me miró, tratando de encontrar algo de calma en si mismo.

—Ella no es la misma niña con la que solíamos jugar— Dijo calmado, Pero con voz tensa— Tu mejor que nadie sabes que se ha convertido en una completa cabrona, ¿Acaso no recuerdas lo que pasó con Leah?

Trago grueso ante las palabras de mi primo sin saber que responderle. Lo de Leah fué algo que nos marcó mucho a todos durante la secundaria, pero parece que Justin aún no lo ha dejado ir.

—Sabes que eso no fué su culpa...— Empiezo a explicar sin tener muy en claro lo que iba a decir, no obstante, Justin no me permitió decir mucho más, arremetiendo con furia ante las palabras que quise decir.

—No defiendas a esa perra, a ti te habrá lavado el cerebro, Pero te aseguro que a mí no— Mi primo inhaló y exhaló aire para calmar la tensión de su cuerpo— Ella decidió echarle leña al fuego cuando sabía que eso no era lo que necesitaba escuchar esa pobre chica... Ella fué una de las que influyó esos rumores y causó esa desgracia solo porque la chica le dijo sus verdades.

Los besos robados de Jake ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora