Jessica Stark.
La brisa fresca de la carretera impacta contra mi cuerpo de forma cálida y fresca. Llevábamos alrededor de veinte minutos conduciendo en línea recta, y en un punto dado logramos alcanzar la camioneta donde iban los demás. Iba abrazada a Jake mirando embobada como todo a mi alrededor parecía pasar en cámara rápida de una manera singularmente hermosa.
Jake no iba conduciendo tan rápido, de hecho, su velocidad era calmada y moderada, algo muy diferente a lo que fue durante nuestra primera salida. Me sentía maravillada, relajada y en calma, disfrutando del sonido cortado del viento y la vista de la carretera perdiéndose a mis espaldas.
En este momento sentía como todo lo que estuvo perturbando mi mente estos últimos días se iba junto con el viento, sentía que poco a poco el peso sobre mi nuca iba disminuyendo y mis pensamientos se convertían en agua mansa. Jake dió unas cuantas vueltas siguiendo la camioneta y para cuando vine a ver, la playa se extendía a lo largo de la carretera.
El aire olía a sal, y el clima era el idóneo para pasar una tarde de playa perfecta, con el sol brindando luz cálida. Podía imaginarme como ha de estar el agua bajo este clima cálido, fresco y relajante, acompañada del sonido de las olas rompiendo contra la orilla y dejando un rastro de espuma que se deshace en la superficie, para que luego se repita el ciclo una y otra vez.
Hoy pienso relajarme.
Maureen y René se encontraban a mi lado platicando y untando bloqueador solar en sus cuerpos mientras a lo lejos Neithan en compañía de las gemelas se mantenían jugando en el agua. Ahora mismo nos encontramos bajo una sombrilla que tenían las gemelas en el auto y que acomodamos con nuestras cosas. Jake hace unos minutos se había ido a cambiar a uno de los baños que hay en el boulevard que hay antes de entrar a la playa.
—¡Apresúrate para ir al agua René!
—Si gustas adelante, aún no quiero entrar al agua— Maureen hizo una mueca de disgusto, pero al final se levantó y se alejó de nosotros yendo hacia donde Neithan bromeaba con las chicas.
René siguió esparciendo protector solar por sus brazos, mirando con una sonrisa como las gemelas reían escandalosamente mientras intentaban defenderse del pelirrojo que les lanzaba agua de forma ineficiente. Ahora, siendo apoyado por Maureen, quien le ayudaba al pelirrojo.
—Joder, no pensé que necesitara un respiro tanto como ahora— Dijo René mientras giraba un poco el rostro para mirarme, contagiandome con su linda sonrisa—, esto es increíble.
—Realmente si me hacía algo de falta una tarde como esta—Respondí cerrando los ojos, sintiendo las caricias de una fresca y suave brisa entre lo cálido de la tarde.
—Me alegra que te diviertas, no te veía desde el día de la fiesta, y no te notabas muy alegre que digamos en la fraternidad— No pude evitar reír con el moreno gracias a su comentario.
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Los besos robados de Jake ©
RomanceLa intensidad del momento era demasiada para lo que mi pobre corazón podía soportar. Él era confuso, misterioso y difícil de descifrar, lo que yo sentía por él era tan profundo, tan demandante, tan puro... Que cuando supe toda la verdad mi mundo se...