Jessica StarkJake se encontraba de pie, con su mano extendida en mi dirección esperando por mí; en sus labios, una sonrisa burlona y divertida decoraba su expresión. Particularmente, solo lo miraba con desagrado; ya era demasiado claro que me estaba provocando, tal y como llevaba haciendo desde que había puesto un pie en este lugar. Realmente, me resultaba desagradable su actitud, pero el parecía regocijarse con el hecho de actuar como un idiota conmigo cada que tenía oportunidad.
—Jessa levántate, no seas tan insípida joder, que comportándote así sólo te vez patética.— Dijo Maureen dándome un empujón para que me ponga de pie mientras rodaba los ojos y hacía una mueca de fastidio.
Aveces me dolía que tomase esta actitud. Sé que no soy la diversión en persona, pero joder, tampoco pensé que era tan insípida como Maureen me lo ha estado dando a entender.
Sin tener gana alguna de hacer esto, me puse de pie tomando la mano que Jake me ofrecía, claro que, tomé su mano solo porque me dio pena dejarlo con esta al aire, no porque quisiera. Las gemelas me miraron haciendo muecas graciosas que casi me hacen reír, mientras René me guiñó un ojo con coquetería y Neithan suspiró con resignación a la vez que sacaba su celular y configuraba una alarma en este.
—Bien, ya tengo configurada la alarma, cuando ambos se encierren en el baño los siete minutos empezarán a contar. Para la próxima ronda no te me escapas castaña hermosa, cualquier cosa si Jake no te complace bien le das una patada en las bolas.— Dijo el pelirrojo mirándome con diversión haciendo que todos rían y causando una mueca de mi parte que intentó ser una sonrisa.
Jake me atrajo hacia el suavemente y empezó a caminar hacia el baño conmigo a su lado, las gemelas empezaron a vitorear tras nosotros y yo sentía que poco a poco la intranquilidad se hacía presente en mi cuerpo. Con su mano en mi cintura Jake detuvo mi andar abriendo la puerta del baño para mi, así que entre titubeos entré, estaba bastante oscuro dentro.
Me reprendo a mi misma entre dientes por mi soberana estupidez. Al caer en las provocaciones de este chico solamente estoy incrementando sus burlas hacia mi persona.
Francamente, en estos momentos es cuando entiendo por completo que aceptar jugar esto no fue lo mejor, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse, a estas alturas, no podía desistir. Jake pasó detrás de mí y cerró la puerta del baño con pestillo tras sí para luego encender una pequeña luz que estaba dentro del lugar, y de esa forma, poder ver algo.
La verdad, cuando el baño fue iluminado me sorprendí, el espacio era lo suficientemente ancho como para no rozar mi cuerpo con el de mi acompañante. El sitio estaba perfectamente administrado, a un lado se notaba un pequeño lavamanos, sobre este había un espejo de buen tamaño bastante limpio, los mosaicos del piso eran blancos, y los de las paredes eran de tono café mocca. Junto al espejo había una repisa de color blanco en la cual habían toallas dobladas. La ducha era de cristal y se miraba a través de esta, el retrete se encontraba a un lado del lavamanos entre la ducha y el mismo.
—No creí que las puritanas como tu hacían esta clase de cosas.— Dijo Jake sentándose en el retrete de manera despreocupada, sin dejarme espacio alguno en donde moverme.
—No soy ninguna puritana y tampoco estoy contenta de estar encerrada aquí contigo.— Jake estiró su mano con una sonrisa mientras acariciaba mi pierna, poniéndome nerviosa e incómoda.
No sé que mierda esté tramando, pero me estoy planteando darle la patada que me recomendó Neithan si no saca la mano de ahí.
—Que mala eres, yo si lo estoy, y mucho.— Aparté su mano de un bofetón y me pegué lo más posible contra la pared a mis espaldas quedando cara a cara con el.
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Los besos robados de Jake ©
RomanceLa intensidad del momento era demasiada para lo que mi pobre corazón podía soportar. Él era confuso, misterioso y difícil de descifrar, lo que yo sentía por él era tan profundo, tan demandante, tan puro... Que cuando supe toda la verdad mi mundo se...