Capitulo 22

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Me han hecho la manicura, me han dado un masaje y me he tomado dos copas de champán. La sala VIP tiene muchas ventajas. Con cada sorbo de Moët, me siento un poco más inclinado a perdonar a Charles por su intervención. Abro el MacBook con la confianza de poner a prueba la teoría de que funciona en cualquier parte del planeta.

De: Carlos Sainz
Fecha: 30 de mayo de 2011 21:53
Para: Charles Leclerc
Asunto: Detalles super extravagantes

Querido señor Leclerc:

Lo que verdaderamente me alarma es cómo has sabido qué vuelo iba a tomar.

Tu tendencia al acoso no conoce límites. Espero que el doctor Helmut haya vuelto de vacaciones. Me han hecho la manicura, me han dado un masaje en la espalda Y me he tomado dos copas de champán, una forma agradabilísima de empezar mis vacaciones. Gracias.

Carlos

No se puede cargar el gráfico

De: Charles Leclerc
Fecha: 30 de mayo de 2011 21:59
Para: Carlos Sainz
Asunto: No se merecen

Querido Joven Sainz:

El doctor Helmut ha vuelto y tengo cita con él esta semana. ¿Quién le ha dado un masaje en la espalda?

Charles Leclerc

Presidente de Ferrari, Inc., con amigos en los sitios adecuados

¡Ajá! Hora de vengarse. Ya han llamado a nuestro vuelo, así que ahora podré contestarle desde el avión. Será más seguro. Estoy a punto de abrazarme de perversa alegría.

Hay muchísimo sitio en primera. Con un cóctel de champán en la mano, me instalo en el suntuoso asiento de cuero junto a la ventanilla mientras la cabina empieza a llenarse poco a poco. Llamo a Zak para decirle dónde estoy; una llamada compasivamente breve, porque es muy tarde para él.

— Te quiero, papá — susurro.

— Y yo a ti, Carlos. Saluda a tu padre. Buenas noches.

— Buenas noches.

Cuelgo.

Zak está en buena forma. Miro mi Mac y, con la misma alegría infantil creciente, lo abro y entro en el programa de correo. No se puede cargar el gráfico

De: Carlos Sainz
Fecha: 30 de mayo de 2011 22:22
Para: Charles Leclerc
Asunto: Manos fuertes y capaces

Querido señor:

Me ha dado un masaje en la espalda un joven muy agradable. Verdaderamente agradable. No me habría topado con Jean— Paul en la sala de embarque normal, así que te agradezco de nuevo el detalle. No sé si me van a dejar mandar correos cuando hayamos despegado; además, necesito dormir para estar guapo, porque últimamente no he dormido mucho.

Dulces sueños, señor Leclerc... pienso en ti.

Carlos

Uf, cómo se va a enfadar... y estaré en el aire, lejos de su alcance. Le está bien empleado. Si hubiera estado en la sala de embarque normal, Jean— Paul no me habría puesto las manos encima. Era un joven muy agradable, de esos rubios y permanentemente bronceados; en serio, ¿quién puede estar bronceado en Seattle? Qué absurdo. Creo que era gay, pero eso me lo guardo para mí. Me quedo mirando el correo. Land tiene razón. Con él, es como pescar en una pecera. Mi subconsciente me mira con la boca espantosamente torcida: ¿en serio quieres provocarlo? ¡Lo que ha hecho es un detalloso, lo sabes! Le importas y quiere que viajes por todo lo alto. Sí, pero me lo podía haber preguntado, o habérmelo dicho, y no hacerme quedar como una auténtica lela en el mostrador de facturación. Pulso la tecla de envío y espero, sintiéndome una niña muy mala.

𝑭𝒊𝒇𝒕𝒚 𝑺𝒉𝒂𝒇𝒆𝒔 𝑶𝒇 ℱ𝑒𝓇𝓇𝒶𝓇𝓊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora