【 vigésimo quinto 】

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War is over! —gritó Yunjin ganándose la mala mirada de todos en el salón de maestros, incluido Beomgyu.

—¿Podrías no gritar en lugares cerrados?

—¿Podrías dejar de ser tan amargado?

—No soy amargado.

—Lo que tú digas, Choi —se burló la rubia—. ¿Nos vamos?

Beomgyu asintió terminando de recoger sus cosas luego de un día largo y duro.

Miente cuando dice que lo único que no le gusta de su trabajo es el papeleo. Tampoco le gusta la gente.

Las únicas excepciones a la regla son sus lindos estudiantes que llenan su vacío corazón con alegría. Incluso Jongseong, quien enredó un lápiz en el largo cabello de Kazuha y tuvieron que quitarlo con mucho cuidado mientras Minji y Riki evitaban que Eunchae lo matase a golpes.

A pesar de eso los prefiere a ellos y sus puros corazones llenos de curiosidad y sin prejuicios por encima de los adultos que creen tener la verdad en las manos porque ya tienen décadas pisando inútilmente esta tierra.

Está bien, solo está un poco enojado.

Desde que volvió a la oficina, la profesora Go reprochó en alta voz lo indignada que estaba por la actitud de los ya no presentes. Beomgyu tuvo que intervenir más veces de las planeadas para seguir neutralizando la situación lo más que podía y así evitar el castigo programado.

Puede decir que lo logró. El director solo ordenó que Eunchae escribiera una carta de disculpas gracias a la apelación por su limpio historial.

Después de eso fue a sus clases y tuvo que fingir que no quería salir huyendo a su casa lo antes posible. Lo que no había sido posible hasta este momento.

—¿Me acompañas al estacionamiento? —preguntó Huh cuando estaban saliendo de la escuela.

—Prefiero esperarte aquí.

A pesar del ruido que hacen los estudiantes en la salida, es mucho mejor que caminar. Así que se dedica a esperar a su compañera. Pero no cuenta con que sería arrastrado por una adolescente apurada haciéndolo desconcertarse.

—Kang, ¿qué haces?

No recibió respuesta y se moría de pena así que no quiso forcejear con la estudiante.

—Dije "amablemente", Kang Eunchae.

Oh, esa voz.

—Perdón, es que sabía que no iba a querer —se justificó.

—¿Acaso le preguntaste?

—Lo siento, pero sigo aquí —intervino medio perdido.

Creyó haber oído una pequeña risa del padre de su alumna, pero cuando levantó la mirada su rostro estaba serio.

—Suban al auto —ordenó el señor Kang.

Beomgyu se sintió a perdido, sin una explicación. Eunchae lo arrastró y luego su padre le pide que suba a su auto. Y no se queja, es una hermosa camioneta blanca, sin embargo nadie está diciéndole nada y eso solo desata su ansiedad.

Ve como la menor sube a la parte de atrás y cierra la puerta tras ella. Entonces el señor Kang le tiende la mirada como esperando algo y se da cuenta de que está sosteniendo la puerta del copiloto. ¿Debe...? Espera, ¿y Yunjin?

—Beomgyu —basta, ¿cómo puede su nombre sonar tan profundo en la voz de este hombre?

—E-espera, tengo que llamar a mi amiga.

Cute Inside | TaegyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora