No llegaban a ser las nueve cuando se terminó la reunión. Había sido de las reuniones más contundentes que había tenido, ya que había mucho de qué hablar.Para empezar, se decidieron las dinámicas que se llevarían a cabo antes del viernes: el martes empapelarían todas las facultades de la UPV/EHU, habían hablado con los grupos del campus de Bizkaia y de Araba para acordar ese día, empezarían a las nueve de la mañana, por lo que le tocaba saltarse clase; el miércoles se reunirían de nuevo, para comprar los botes de sprays y hacer las pancartas, además de preparar las publicaciones para redes y pegar carteles por toda la ciudad; el jueves, antes del concierto, irían a todos los bares y establecimientos simpatizantes a repartir panfletos y en el concierto saldría un compañero al escenario para reivindicar sus quejas.
Después hablaron del mismo viernes, en el que, al ser huelga, no tendrían que ir a clase y tendrían suficiente tiempo para prepararse para las 12:00, para poder convocar una manifestación "improvisada", o sea, sin previo aviso, en el campus. Los campus universitarios, al ser competencia de la propia universidad, están exentos de presencia policial, y, a menos que el rectorado lo permita, no pueden entrar por mucho revuelo que haya. Organizarían piquetes desde las 08:00 de la mañana, y a las 12:00 llegarían todos a hacer una pequeña manifestación interna que pasaría por todos los pasillos de todas las universidades, para así molestar a todo esquirol que se atrevía a ir a clase un día de huelga. La manifestación importante estaba convocada a la 13:00, por lo que irían todos los universitarios juntos a la manifestación general, en el centro de la ciudad, en donde suponían que los no-militantes que apoyaban la causa estarían. Para avisar a todos ellos, habían estado preparando listas de difusión anteriormente. Después se irían a comer unos bocatas al local, y a la tarde harían una reunión tranquila para charlar sobre los resultados. Comentaron que el viernes noche había pinchada tekno en el Dabadaba, y Martin se acordó de la invitación de Álvaro de hacía unas horas.
Si todo salía bien, tendrían, por un lado, efecto en la universidad, y por otro, en la ciudad, además de algo de dinero para las jornadas. Ese era el segundo punto, y el que a Martin más le incumbía, por cierto, ya que había estado preparando la charla que le pidieron con toda la ilusión. No llegaron a hablar del tema hasta pasadas las 20:00, cuando, Ruslana, al ver la cara preocupada de su amigo, quiso ayudarlo, sacando el tema.
-Oye, -aprovechó un momento de silencio para hablar- ¿y qué se espera del jueves?
-Una juerga importante -le respondió una de las organizadoras-, de las que echábamos antes -le guiñó-, ¿te animas?
-Qué va... ya sabes que a mí las movidas estas no me gustan mucho.
-Pero si antes eras la más máquina, no te perdías una, Rus. Por una no pasa nada...
-No, no, paso. Yo eso ya lo dejé. Lo que preguntaba no era eso, o sea, quería saber si se espera mucha recaudación o es más bien entretenimiento y motivación.
-Sí, yo creo que algo de dinero va a haber... la entrada serán 5€, algo ya sacaremos.
-¿Será suficiente?
Ruslana ahora lo preguntaba de verdad, se veía que le preocupaba la indiferencia hacia la recaudación que tenían. Aunque nadie lo dijera en alto, todos sabían que el objetivo de esas fiestas era la diversión. No había más que mirar las sonrisas nerviosas que se traían todos con la simple mención de ellas.
-No, claro que no -tomó la voz uno de los que más relevancia tenía en su grupo, aclarándose la garganta, en un tono mucho más serio-, pero no será el único concierto que estaremos organizando. Intentaremos hacer uno por semana hasta las jornadas, y estamos sacando camisetas y rifas. Seguramente el próximo lunes ya lo tengamos todo e intentaremos movilizarnos para vendérselo a nuestro entorno. Habrá que revisar las listas de difusión, y hacérselo llegar a todos para entonces. Creo que el finde nos vendrá bien para ello. Por cierto, ¿habéis hecho los deberes?
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Una moneda que cae de canto
FanfictionMartin siempre había soñado con ser músico, hasta que entró a la carrera y comprendió que el loco de la guitarra de la facultad de filosofía creía más en la música que él, que se pasaba días y noches estudiando piano. Quizás la frustración de ver s...