- ¿Estás bien? - Preguntó Alice angustiada cuando vio que Scott empezaba a abrir los ojos, pero fue su hermano Aaron quien la contestó.
-Que pregunta más tonta Ali, ¿te parece a ti que está bien después de la paliza que le metieron? Si no fuera por mi y por papá este ya estaría rellenando su ficha de entrada al infierno. -Se rio Aaron.
-No digas tonterías Aaron, esto no tiene gracia, podía haberlo matado. -Alice hablaba mientras pasaba una toalla húmeda por la cara de Scott para ver si así le aclaraba las ideas, el chico seguía muy aturdido por lo sucedido.
-Tampoco creo que hubiera podido matarlo, has visto el tamaño de esa bestia. No creo que sea tarea fácil matar a un hombre de ese tamaño. -Aaron se acercó a la puerta y antes de salir giró la cabeza para decir. -Voy a avisar a papá que ya está despierto, y levántate de esa cama no vaya a ser que entre el otro aquí te vea ahí en la misma cama que él y lo remate. -Salió y se cuidó de dejar la puerta medio abierta.
Alice puso un vaso de agua delante de Scott y cuando empezó a recuperar algo de conciencia se sobresaltó y en su cara se veía una gran expresión de terror. Los recuerdos de lo que había pasado hace unos instantes lo golpearon con tanta fuerza que antes de coger el vaso de agua de la mano de Alice lo tiró mojando toda la cama.
-ERA...era, Dios mío él, está... está viv...- Las palabras de Scott saltaban de su boca sin control y ala vez sin sentido, porque para él mismo no tenía sentido que aquello estuviera pasando. - ¡Wallace...está...vivo!
Alice bajó la cabeza con tristeza y por un minuto no sintió pena de Scott por como su hermano lo había pegado, hasta la preocupación desapareció, pero no duró mucho cuando Scott hizo un esfuerzo por levantarse y su cara revelaba que algo le dolía de inmediato se inclinó en la silla en la que se había sentado cerca de la cama para ayudarlo a levantarse y explicarle la situación.
-No Scott, ese no era Wallace, mi hermano de verdad está muerto y bien lo sabemos. -El chico la miró aturdido, ¿entonces que había pasado? Alice vio la interrogación en su mirada y siguió explicando. -Ese era Isaac, el gemelo de Wallace. -Entonces la expresión de interrogación de Scott se hizo aún más visible.
-Yo escuché por el centro que hablaban sobre los gemelos del reverendo, pero daba por hecho de que se trataba de Aaron y tú. -Dijo Scott bajando la cabeza pensando porque no podía entender lo que estaba pasando allí.
-Nosotros somos los mellizos, Isaac y Wallace son los gemelos, bueno era los gemelos. - Explicó Alice y Scott pudo notar la tristeza en su voz.
-Lo siento Alice, por lo de Wallace. - Habló Scott, y Alice notó que hablaba con sinceridad, pero también se dio cuenta de que no pedía perdón por haberlo hecho él, sino que sentía pena por su muerte, pero no había rastro de culpabilidad y aquellos sentimientos eran incompatibles para una persona que fuera culpable, podría sentir uno u otro, pero no los dos a la vez. Alice prefirió no contestar solo bajo asintió con la cabeza. Y Scott decidió volver al tema de los gemelos. -No sabía que era posible tener gemelos así tan seguido, por lo menos no que fuera algo fácil de suceder.
-Después que tienes gemelos las probabilidades de volver a tener otro embarazo gemelar son enormes. Cinco años después de dar a luz a Isaac y Wallace llegamos nosotros, los mellizos. - Explicó Alice con una pequeña curva en sus labios que delataba una sonrisa tímida.
- ¿Dónde estoy? -Preguntó Scott mirando alrededor.
-Pues creo que es bastante evidente que estás en mi habitación. -Abrió Alice los brazos señalando alrededor.
Scott pasó los ojos por la habitación viendo era entera blanca excepto en la pared de su escritorio que tenia un papel de paredes con pequeñas manchitas rosas y verde que él pudo distinguir como flores. A cada lado de la cama había puertas francesas que daban mucha claridad a la estancia, encima del cabecero blanco de metal de la cama había un estante con plantas que colgaban, y en la estantería de enfrente al lado de la puerta del baño había muchos libros y trofeos, Scott se dio cuenta de que había uno de Gimnasia Rítmica y por un rato su imaginación voló, pero trató de reprimir el pensamiento cuanto antes.
ESTÁS LEYENDO
Vidas Opuestas
RomanceScott Hoffman tenía una única misión en la vida, destruir. No importaba el qué o a quién, lo habían enseñado a repartir el odio y estaba encantado de poder hacerlo, nadie disfrutaba más de liberar sus demonios que él. "Los discípulos de Caín", su cl...