—¿Sabes? Me ignoras tanto que ya empiezo a preguntarme si de verdad estoy vivo o no paso de un fantasma. -Dijo Scott con sarcasmo entrando a la oficina que utilizaba Alice en el centro de ayuda.
—No te estoy ignorando Scott! -Contestó Alice con una falsa indiferencia, mientras tenía la vista puesta en su computadora.
-Ignorar, huir, ponerse la capa de invisibilidad de Harry Potter llámalo como quieras.
-Mencionas mucho Harry Potter, ¿no crees? -Provocó Alice levantando una ceja divertida.
-Echa la culpa a Jaime, me hacía leer los libros para él cuando era pequeño cada noche y me hizo tragar una y otra vez cada película. Pero no estamos hablando de eso, no cambies de tema Alice. Actúas como si hubiéramos atentado contra la Casa Blanca cuando lo único que hicimos fue dar un simple paseo.
-Ya te dije que no hay nada de malo en una amistad Scott, eres tú el que esta viendo cosas donde no hay. -Habló Alice exasperada.
-Es exactamente por tener que dejar tan claro que no hay nada de malo en ser amigos que demuestra que aquí —Y señala el espacio entre ellos dos- no hay sólo la posibilidad de una amistad. Alice abrió mucho la boca porque odiaba su sinceridad, su valentía para admitir las cosas mientras que ella era una cobarde cuando se trataba de sus sentimientos. -Pero puedes estar tranquila Alice, sé perfectamente de donde proviene todo ese miedo que sientes de mí.
-Scott, yo...-Y Scott levantó la mano haciendo un gesto con la mano para que no siguiera hablando.
- ¿Te importa si salgo antes hoy? Necesito hacer algo importante. -Preguntó Scott colocando las manos en los bolsillos y mirando al suelo. Alice asintió con la cabeza y él salió de la oficina sin que ella volviera a pronunciar otra palabra más.
Media horas después estaba entrando por la puerta del club. Saludó llevando la mano a la frente a los que estaban en el bar y Sony le hizo un gesto para avisar que su padre no estaba en la sed, sino que en el taller.
-Que milagro verte por aquí, ya estaba esperando a que un día de estos entregarás tu moto. -Abrió su padre los brazos para recibirlo y Scott le dio un abrazo breve.
–Sabes que antes me dejo matar que abandonar a mi señora esposa. —señala su moto aparcada en la entrada del taller.
—Ya casi no te apareces por aquí Scott, y así no ayudas a que encontremos una forma de librar te de esa obligación de mierda que tienes con Johnson-Habló su padre pasándose un paño en las manos para limpiarlas.
—¿Porque mejor no dejamos las cosas como están?, cumplo con mi parte, él no me denuncia y todo en paz.
—¡Ja! Estar en sus manos no es cumplir con tu parte, hijo. Siempre le deberás algo. Podemos darle a ese miserable su merecido y te mandaré lejos o en todo caso contratamos un buen abogado y en unos meses en chirona no te irán mal, tengo contactos estarás protegido. —Aseguró su padre poniendo la mano sobre uno de los hombros de Scott.
—¿De verdad prefieres verme en la cárcel antes que estar cerca de ellos? —Preguntó Scott sin disimular su decepción.
–Prefiero eso antes que mi hijo sea esclavo de unos negros. Habló su padre poniendo cara de asco. —Yo no pude dirigir la mesa del consejo, pero mi hijo sí podrá. Sabes que tu tío no tuvo hijos y te admira.
—Nunca me interesó llevar la mesa del consejo papá, tú y yo sabemos perfectamente que la mesa del consejo no es precisamente para organizar las actividades del club. Y yo no me quiero meter con el crimen organizado. –Scott llevó sus manos al bolsillo delantero de su sudadera y miró a cualquier lado que no fuera a su padre. —En todo caso tienes a Thomas, él es el mayor.
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Vidas Opuestas
RomanceScott Hoffman tenía una única misión en la vida, destruir. No importaba el qué o a quién, lo habían enseñado a repartir el odio y estaba encantado de poder hacerlo, nadie disfrutaba más de liberar sus demonios que él. "Los discípulos de Caín", su cl...