Capitulo 58 Parte 2

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―¡Corre, corre, corre!―Le gritó ella tirando de su mano mientras bajaban las escaleras a toda prisa.
―Cariño, tranquila. Tenemos tiempo de todo.
―¡Pero quiero aprovecharlo al máximo!
―Quizás debería haberte llevado al desierto. Seguro que si ahora estuviéramos ahí no estarías tirando de mi mano como si fuera una bolsa de basura.
 Camille   empezó a reírse.
―No te estoy tratando como una bolsa de basura. Te estoy tratando como un novio. Ahora voy a ser mamá. Tienes que complacerme, consentirme, mimarme... Tienes que hacerme la chica más feliz del mundo.
Niall la atrapó por la cintura y la besó en la mejilla fugazmente, luego deslizó sus labios hasta su oído.
―Te voy a mimar tanto que vas a acabar cansándote de mí―Le susurró, provocándole un dulce cosquilleo en el estómago.
―No lo creo―Le contestó entre risas―No podría cansarme de ti ni aunque quisiera.
―Ya verás como sí. No voy a dejarte en paz ni un solo segundo―Ella sonrió y colocó las manos sobre las de Niall que reposaban en su vientre―A partir de ¡ya!―Y le mordió cariñosamente la oreja. Ella movió la cabeza para evitarlo mientras reía. Luego sintió una invasión de besos por todo su rostro.
―Para, tonto.
―Ah, no. ¿No necesitabas mimos, besos, caricias? Te quiero―Le dio la vuelta y le plantó un beso en la punta de la nariz. Luego uno en la frente, en las mejillas.
―¡Me haces cosquillas, Niall!―Y continuó soltando carcajadas mientras él no dejaba de darle besitos. Cargados de amor, ternura, cariños y protección. Una vez entre sus brazos, Niall no iba a volver a soltarla jamás.
―Pienso mantenerte despierta toda la noche de esta manera-Murmuró, besándole el cuello.
―Jo...― Camille   hizo pucheros―Yo creía que me mantendrías despierta de otra manera.
Niall paró de inmediato y levantó una ceja.
―¿Tendremos que pedirle al chico de la recepción una cajita de preservativos?
Camille

* * *
―¿Qué te parece aquel de allí? ―Niall señaló un restaurante no muy lejano―Parece un buen sitio.
―Tenemos dos meses. Hay noches suficientes como para cenar en todos los restaurantes de Paris. ¿Por qué no empezar por ese?
Niall la paró para darle un beso en la boca y luego se dirigieron hasta allí.
* * *
―¿Quieres probarlo?―Niall le tendió el tenedor con un trozo de carne.  Camille   abrió la boca y luego la cerró para arrastras el trozo de carne fuera del cubierto. Masticó lentamente, saboreando la pieza.
―Mm...―Se lamió los labios y el la observó con cuidado―Está muy bueno, ¿qué es?
―No lo sé―Confesó―Tenía nombre francés. Supongo que algún tipo de carne típica de aquí.
 Camille  , quién lo miraba fijamente mientras él cortaba otro trozo de carne, sonrió, quedandose embobada observando cada una de las facciones de su novio. Niall levantó el rostro y se la encontró admirándolo como si fuera un monumento. Se derritió ante el gesto. Le lanzó un beso a distáncia con los morritos y luego la halagó llamándola "guapísima".
―Deberías haberte pedido esto en vez de una ensalada―Le replicó a continuación.
―No quiero que empieces a mimarme. Ya oiste a Zayn.
―Creo que el embarazo te está volviendo bipolar. ¿No me dijiste antes que tenía que mimarte?
―Sí, pero con besos, no con comida.
―¿Solo con besos?―Niall la miró, tentándola―¿Tendrás suficiente con eso?
―Pues...― Camille   pensó un momento y luego rió―Creo que...
―¿Se les ofrece algo más?―Un camarero los interrumpió.
―Oh―Dejó escapar Niall―¿Podría traernos una botella de vino?
―¡Niall!― Camille   se llevó una mano al vientre y el futuro papá cambió de opinión al instante.
―Creo que mejor otro día―Le contestó al señor que estaba parado frente a ellos con un esmoquín y las manos recogidas tras su espalda―Gracias igualmente.
―Bien, si necesitan algo, no duden en llamarme. Disfruten de la cena.
Ambos le regalaron una sonrisa y asintieron con la cabeza levemente. Luego continuaron con la velada de la manera más agradable y romántica posible. Al terminar, Niall pagó la cuenta y salieron a dar un paseo nocturno por las asombrosas calles de Paris. Hacía frío. No en exceso pero las mejillas de Camille   estaban rosadas. El rubio la apretó contra él y le besó la coronilla. Ella sonrió.

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