Capitulo 32

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-Hola-Dijo Tom. Ella no contestó. Se limitó a ladear la cabeza levemente hacia un lado cuando él se acercó para depositar un beso en su rosada mejilla-Siéntate, por favor-Le pidió, amablemente. Retiró la silla y cuando Camille   ya se había sentado, Tom se acomodó en la que había enfrente. Tan solo una mesita los separaba-Imagino que habrás recibido el ramo de flores y la nota, y por eso estás aquí.
-Sí-Contestó Camille  , secamente-Pero no he venido a darte otra oportunidad, Tom. Quiero que te metas eso en la cabeza antes de decir nada.
Él bufó perdiendo la mirada en el horizonte. Luego la miró fijamente.
-Sé que no puedo hacer nada para que dejes de querer a Niall, pero quiero que te des cuenta de algo-Camille   prestó atención-Es famoso; es un adolescente que acaba de colmarse de fama y que tiene a millones de chicas detrás de él. Pronto se le subirá la popularidad a la cabeza, dejará de prestarte atención y cuando te des cuenta, ya se habrá acostado con cincuenta fans.
-Niall no es así-Lo defendió ella, empezando a molestarse.
-Lo será, cariño-Continuó Tom-No quiero ponerte en su contra por más que creas que sí. Solo quiero que te des cuenta de que estando con un chico como él puedes acabar con el corazón roto.
Camille   se quedó callada, pensando en aquellas últimas palabras.
Habían pasado dos años desde que había dejado atrás a aquel Niall adolescente. Ahora se había convertido en un adulto, famoso, guapísimo y deseado por la sección juvenil de la humanidad. ¿Podría aquello perjudicar a su relación con el paso del tiempo?
Su móvil dio el aviso de un nuevo mensaje:
¿Dónde estás? Estoy preocupado. Dime que estás bien y que Tom no te ha tocado.
No sabía si su relación con Niall podría empeorar, pero si no se arriesgaba, tampoco podría asegurarse de ello. Así que no iba a hacer caso a las palabras de Tom. Llamó a la camarera, que se acercó de inmediato y pidió un zumo, Tom una cerveza.
-¿Entonces?-Volvió a hablar él cuando ya tenían las bebidas sobre la mesa.
-¿Entonces qué?-Preguntó ella.
-¿Te apetece que vayamos a dar una vuelta por allí mientras hablamos?-Thomas señaló el parque que se perdía en el horizonte tras ellos. Camille   volteó la cabeza para mirar, y en ese momento, él aprovechó para dejar caer en el vaso de Camille   dos pastillas.
-No quiero ir a ningún lado-Contestó, volviendo a girarse-Quiero que todo esto termine-Cogió el vaso de zumo y dio un largo trago. Thomas sonrió para sus adentros.
Luego convirtió sus ojos en dos ranuras por las que apenas podía verse el color de sus luceros. Y seguidamente soltó una risa sarcástica.
-No entiendo como un chaval de dieciocho años ha podido manejarte tanto...
-No me maneja. Me quiere. Y yo le quiero a él. Por eso quiero que todo entre nosotros termine, que me dejes vivir en paz. Solo te pido eso. ¿Tanto te cuesta a ti entenderlo?
-Vale-Se deslizó por la silla, mostrando indiferencia-Sí eso es lo que quieres... Mañana mismo me volveré a Los Ángeles con Leonardo.
A Camille   se le paró el corazón.
-¿En serio? ¿O estás bromeando?
-Estoy siendo totalmente sincero. Si tu felicidad está con Niall, dejaré que estés con él. Prometo no interponerme más en tu vida. Yo solo quería que estuvieras bien pero si conmigo te es imposible... Me alejaré de ti.
Camille  profundizó la mirada, haciendo que sus pupilas chocaran contra las de Tom.
-No creí que fueras a tomártelo de esta manera...
-¿De que manera?
-Pues tan... Bien. Creí que dirías que no. Que no me dejarías estar con Niall.
-Camille  -Tom le cogió las manos y la miró con un brillo especial en los ojos-Te quiero. Y querer significa dejar ser feliz a esa persona. Y como ya he dicho; si tu felicidad está con ese chico... Puedes seguir con él.
-Oh-A Camille   se le escapó un sollozo de alegría.
-Pero recuerda, que si algún día las cosas no salen como esperabas, siempre me tendrás ahí. No dudes en buscarme, llamarme o pedirme ayuda. Siempre estaré para ti.
-Thomas...-Susurró ella-Gracias.
-No tienes que darme las gracias por nada. Iré a pagar y te llevaré a casa de Niall, ¿Sí?
Ella asintió felizmente. No podía creer que después de varias semanas en las que su vida se había convertido en un auténtico desastre volviera todo a la normalidad. Ahora llegaría a casa y se tiraría a los brazos de Niall, lo besaría hasta dejarlo sin aliento y juntos harían el amor durante toda la noche hasta que quedaran agotados.
En cuanto Tom regresó, ambos se sonrieron. Camille   se levantó y lo siguió hasta el coche.
-Entonces, ¿mañana cogeréis un vuelo hacía Los Ángeles?
Tom se giró para mirarla mientras seguía andando.
-Sí. En realidad, lo teníamos planeado desde hacía varios días. Hablaras o no conmigo, Leonardo y yo volveríamos a casa.
-¿Y... eso porqué?-Preguntó Camille   sin entender.
-Pues porque...-Tom se vio interrumpido por un quejido procedente de ___-¿Qué te pasa?
-No lo sé...-Se detuvo y se llevó una mano a la cabeza-Me ha venido un mareo repentino. Y dolor de cabeza.
-Vaya-Tom se acercó a ella.
Justo a tiempo de que Camille   perdiera el conocimiento para poder cogerla entre sus brazos. Luego sonrió y Leonardo apareció de la nada.
-Te dije que funcionaria-Le dijo a su hermano-Déjame que la coja.
-No-Se opuso Thomas-Es mía. Tú conduce.

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