El único hombre en el cielo

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—Esta noche, en simultáneo por VBS, VTV, VNN, Vought Soul y Voughtemundo, acompáñenme a mi espectacular cumpleaños —decía Homelander desde la televisión.

Butcher ya se había despertado y había agarrado el frasco de Terror, observando el V-Temporal. Tomó uno de los tubos y lo miró con una sonrisa.

—Hola, William. Malditos sean los traficantes, ¿no? —Homelander le hablaba a Butcher desde la TV, lo que lo hizo mirar la pantalla, confundido—. ¿En serio te inyectarás esa mierda?

—¿Sabes qué? Tal vez sí.

—Morirás aullando de dolor.

Butcher tomó una jeringa y la cargó con el líquido verde.

—He corrido más riesgos por menos —murmuró Butcher, observando atentamente la jeringa, pensando en lo que estaba por hacer.

—No creo que lo hagas. ¿Convertirte en un super? Es rebajarte mucho, incluso para ti.

Butcher quitó el cinturón de su pantalón y lo colocó en su brazo para que sus venas se hincharan, facilitando la inyección.

—Puedo ir más bajo. Puedo ir directo al infierno.

Cuando Butcher estaba a punto de inyectarse, una voz lo detuvo.

—Detente, Butcher —dijo Hughie desde la televisión.

Al escuchar la voz de Hughie, Butcher se detuvo y volvió a mirar la pantalla, pero ahí no estaba Hughie, sino alguien diferente, mucho más joven.

—Por favor. Por Becca. Le rompería el corazón —dijo el joven con un marcado acento británico.

—A Becca no le importa lo que hago. Está muerta —Butcher se inyectó el V-Temporal, dejando que todo el líquido entrara en su sistema. Una luz naranja recorrió sus venas. Butcher rugió de dolor, pero su rugido sonaba como el de un monstruo, mientras sus iris y pupilas se volvían de un brillante color naranja.

Butcher despertó en el sofá; todo había sido una pesadilla. Sus ojos miraban en todas direcciones mientras su respiración estaba acelerada, hasta que se dio cuenta de que había estado soñando. Escuchó el sonido de una llamada en Skype y, al atenderla, se encontró con la cara de Ryan.

—Hola. Un poco temprano, ¿no? —Butcher intentó parecer lo mejor posible, aunque todavía se notaba algo sobresaltado.

—Dijiste que podía llamar después de las 8:00. Son las 8:03 —respondió Ryan.

—Sí, tienes razón —Butcher miró la hora en su reloj. Luego, su mirada se encontró nuevamente con el frasco, y se quedó observándolo por un tiempo.

—¿Te sientes bien?

—Sí, perfecto. ¿Por qué?

—Pareces cansado.

—Tuve una mala noche, nada más. No dormí bien.

—¿Viste el video que hice?

—No... Todavía no tuve oportunidad.

—Míralo. A mí me ayuda cuando... no duermo tan bien.

—Sí, ¡dije que lo veré después! —Butcher respondió, algo más irritado, lo que hizo que Ryan se pusiera un poco triste.

—¿Estás enojado conmigo?

Butcher se dio cuenta de su tono de voz y, rápidamente, intentó arreglar la situación.

—No. Claro que no. Eres el hijo de tu madre. Y siempre velaré por ti. Como prometí. ¿De acuerdo? —Ryan sonrió al escuchar esto, y Butcher también, pero su sonrisa se desvaneció cuando su mirada volvió a cruzarse con el frasco.

The Boys Y LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora