Después de perder a sus padres en un terrible incidente encubierto por Vought y atribuido a un superhéroe, T/N queda devastado y mentalmente marcado por el trauma. Con su vida en ruinas, la obsesión por descubrir la verdad lo consume lentamente, con...
Butcher limpiaba su propio vómito con papel, arrojando los restos a una bolsa mientras T/N se acercaba.
—¿Qué comiste? —preguntó T/N, con preocupación.
—Hot dogs. Deben haber estado en mal estado —respondió Butcher, pero su tono no convencía a nadie.
—Mentiras. ¿Qué, ahora también te drogas? —T/N lo miró fijamente, sospechando que algo más estaba ocurriendo.
Antes de que Butcher pudiera responder, Hughie intervino rápidamente.
—¡Consumió V!
—V-Temporal. Dura apenas 24 horas —aclaró Butcher, tratando de minimizar la situación.
—¿Qué carajos? ¿V-Temporal? ¿Dónde lo conseguiste? —T/N lo bombardeó con preguntas.
—Lo compré en línea. Erecciones sin fin —Butcher le sonrió, intentando desviar la conversación con su humor característico.
—No, deja la actitud burlona —dijo Hughie, claramente desesperado.
—Fue una sola dosis, ¿sí? Gunpowder está muerto. Sabemos lo que necesitamos. Punto —Butcher miraba a los dos, intentando cerrar el tema.
—Espera... ¿Tú...? ¿Tú mataste a Gunpowder? —preguntó Hughie, sorprendido
—¿Con poderes? ¿Qué poderes tienes, Butcher? ¿Puedes volar, controlar agua, tierra, fuego, aire? Oh, eso sonó como Avatar —T/N se emocionó como un niño al imaginar que su amigo tenía poderes.
—Miren, olvidémonos de esto. Se acabó. Estoy bien —Butcher intentó calmar la situación mientras pasaba junto a Hughie, pero Hughie aún tenía dudas.
—Espera. ¿Los demás lo saben? —preguntó Hughie.
—No lo saben. Y si se enteran, los dejo en un puto coma a los dos —amenazó Butcher, mirándolos con seriedad.
—Mi boca nunca se abrirá como las piernas de una monja —aseguró T/N con una sonrisa.
—Sí, no. Tienes razón. Te ves muy normal —Hughie entendió que no debían decirle a nadie, aceptando el acuerdo tácito de silencio.
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Dia
Butcher y Frenchie se dirigían a la cita con Little Nina. Entraron en una tienda de productos rusos y caminaron hasta el fondo del lugar, donde fueron revisados minuciosamente para asegurarse de que no llevaban armas o cualquier cosa que pudiera ser peligrosa. Una vez terminada la revisión, se acercaron a Little Nina, quien estaba amasando masa en el mostrador.
—Hola, hola. Tú debes ser Nina —saludó Butcher con su característico tono.
—William Butcher —respondió Nina, mientras miraba a Frenchie, quien claramente se sentía incómodo en el lugar—. Sergei, ¿por qué no dijiste que era tan delicioso? Si quieren, estoy preparando pelmeni. No cocino tan bien como mi Sergei. Su cassoulet me daba orgasmos. Aún no supero que me lo robaras.
