Gesto de buena fe

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Moscú

La tensión en el refugio era palpable, mientras MM observaba el televisor con un odio profundo. En la pantalla, un documental mostraba los brutales experimentos a los que los rusos sometían a Soldier Boy. Disparos directos en la boca, veneno, y quemaduras—ninguno de esos métodos lograba atravesar la piel impenetrable del super. MM, inmerso en su furia, apenas parpadeaba.

En la sala contigua, Kimiko yacía inconsciente en el sofá. A su lado, T/N murmuraba suavemente en español, casi como si sus palabras pudieran aliviarla. Terminó de hablar y tomó la mano de Kimiko, su expresión reflejando preocupación y esperanza.

Butcher, apoyado en el marco de la puerta, rompió el silencio.

—¿Cómo está? —preguntó, su tono más serio de lo usual.

T/N levantó la vista, mostrando una sonrisa cansada.

—Está estable... por ahora. —Su respuesta estaba cargada de incertidumbre. Luego añadió, con una sonrisa más sincera—. Gracias por preocuparte, Butcher.

Butcher asintió, antes de dirigirse a la otra habitación donde estaba MM.

En el televisor, el científico ruso explicaba que debido a ciertos procedimientos con radiación, el cuerpo de Soldier Boy había quedado permanentemente impregnado de radiación. De fondo, una canción rusa sonaba suavemente, un eco ominoso que más tarde tendría un impacto significativo.

—¿Cómo sigue respirando ese cabrón? Veinte sieverts de radiación. Cocteles de ácido sulfúrico. Le metieron un Chernóbil por el culo —Butcher comentó, observando la pantalla, pero MM permaneció en silencio, su enojo evidente.

El video continuó, mostrando cómo un científico intentaba probar si los ojos de Soldier Boy eran tan resistentes como su piel. Pero antes de poder hacerlo, Soldier Boy se liberó de sus ataduras y, con el mismo bisturí, apuñaló al científico en el cuello, matándolo al instante. El camarógrafo logró escapar y cerrar la puerta justo cuando un gas invadió la habitación, haciendo que Soldier Boy cayera inconsciente al suelo.

—Yo diría que así consiguió sus nuevos poderes —Butcher comentó, acercándose a MM—. Viejo, no podemos quedarnos a buscarlo. Ahora es problema de los rusos. Tenemos que llevar a Kimiko a un médico.

—A ti no te importa un carajo Kimiko. Como nadie más —MM replicó, sin apartar la vista del televisor.

Butcher lo miró con incredulidad.

—No te puedo creer, viejo. Tomé una puta droga. Y por si lo olvidaste, acabo de salvarte la vida.

MM se levantó, acercándose a Butcher, mirándolo fijamente.

—Mataste a Gunpowder, ¿no? ¿Usaste tus ojitos láser?

—Ya lo creo, carajo. Y me gustó. Por una vez, emparejé el campo de juego.

—Butcher... La razón por la que hacemos todo esto, la puta razón de todo, es que nadie debe tener ese tipo de poder.

—¿En un mundo de hadas y consoladores danzantes? Resulta que yo vivo aquí abajo, amigo, en el planeta Tierra —Butcher se alejó de MM, dirigiéndose a donde estaba Hughie.

Hughie estaba arrodillado, vomitando un líquido verde mientras Butcher se acercaba.

—Parece que la Rana René te cagó en la boca —Butcher comentó, su tono burlón.

—No, estoy bien... ¿Sí? —Hughie intentó responder, pero el malestar lo venció y volvió a vomitar.

Butcher lo miró, y por un instante, su mente le jugó una mala pasada, haciéndole ver a su hermano en lugar de Hughie.

The Boys Y LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora