Título: “El diario”.
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Ya estaba despierta pero sentía aún las risas maquiavélicas de aquél chico sin rostro que me perseguía en el jardín de mis pesadillas. De forma distraída caminé hacia el baño; son alrededor de las seis de la mañana y es miércoles... Debería haberme despertado a las siete pero no, aquí estoy despierta y sudando, con los pies descalzos frente a la ducha.
Observo los detalles del baño, no es lujoso ni siquiera algo moderno. Más bien es antiguo como todo en está casa.
Sin pensarlo tanto me quité la parte de arriba de mi pijama y después la de abajo, solamente estaba en bragas y me sentí observada. Deseaba volver a colocarme mi pijama pero no podría dormirme con todo el calor que sentía. A pesar de mi sensación atemorizada abrí la ducha, una vez estuve completamente desnuda y dejé que el agua cayese sobre mi cuerpo.
Estaba incómoda y por eso cerré mis ojos, deseaba estar tranquila. Las gotas de agua no eran tan líquidas más bien tenían una textura algo pegajosa y gruesa.
Al abrir mis ojos no encontré color transparente sino un oscuro color rojo que olía a hierro... Era sangre...
Rápidamente grité con fuerzas pero a la vez caí de rodillas en el suelo totalmente rojo, sentía que alguien me respiraba al oído pero también escuché pasos.
Creí que era él... El chico sin rostro que me había atormentado en mi pesadilla.
—¡Lara!. —Gritó mi madre desde algún sitio pero no sabía hacia donde mirar, todo me daba vueltas y las ganas de vomitar eran constantes en mi sistema digestivo.
Alguien me jaló del brazo y me sentó fuera de la ducha en el suelo, se trataba de mi madre pues sus manos siempre han sido suaves y con aroma a flores silvestres.
—¿Qué te ha pasado?. —Preguntó ella mientras me abrazaba a su pecho.
Oslo estaba sentado frente a nosotras y no dejaba de olfatear el ambiente como si estuviera buscando a algún ladrón o algo fuera de sitio.
Miré mis manos y no habían rastros de sangre ni siquiera en la ducha, todo estaba igual a como lo observé antes de abrir el grifo.
—Había sangre por todos lados... —Susurré para después abrazarme más a mi madre.
El agua transparente caía en el suelo de la ducha, los relámpagos aún iluminaban todo a través de las ventanas de cristal cada vez que caían en algún sitio y ni hablar del frío que sentía.
Ya no había calor, todo era gélido.
—No hay sangre cariño, quizás fue producto de tu mente toda esta situación. —Dijo mi madre quien me acarició el cabello humedecido por el agua o sangre que me había caído encima.
No dije palabras solamente asentí; minutos después estaba acostada en mi cama, ya estaba con otro pijama y cobijas sobre mí. Oslo descansaba tranquilamente a mi lado y mi madre había ido a prepararme un té para calmar mis nervios.
Mi cuerpo temblaba de frío. Afuera aún estaba la furiosa tormenta por lo que sería imposible ir a clases y por supuesto no iría a la biblioteca con Gina e Isabel.
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El silenciador de flores
Mystery / ThrillerEsta es la historia de Lara Flores. Una chica que junto a su madre y perrito se mudó a un pueblo con aspecto antiguo. Allí el destino la llevará a encontrar un diario que está en blanco pero que le responde a sus preguntas. En el transcurso de su h...