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Título: “Flores secas”.

Caminaba por las calles con un libro, un mapa, hojas y fotografías en mi bolso. Antes de ir a casa de la señora Swan necesitaba armar mi cuaderno de cabos por eso estoy entrando a la biblioteca justo ahora... Me aseguré de que mi madre no estuviese en casa y para suerte Oslo hoy está en el veterinario por su día de spa. Justo ahora lo envidio, quisiera ir a relajarme también.

El bibliotecario leía un libro y a su alrededor tenía varias tazas de café, se veía sumamente concentrado en su lectura.

Carraspeé con mi garganta para llamar su atención pero simplemente seguía sumido en la lectura por lo que tuve que tocar la campanita. Cuando sus ojos me observaron a través de sus lentes pensé que me quemaría porque enserio, se veía furioso.

—Disculpe por interrumpirle. —Susurré apenada.

—Es de muy pésima educación molestar a alguien cuando está leyendo señorita... Pero bueno, ¿en qué puedo servirle?. —Inquirió él con un tono molesto, como si deseara que me largase.

—Necesito todos los libros de la historia del pueblo, los cuadernos de la escuela para leer todos los nombres de los integrantes de cada año y el mapa más antiguo que tengas. —Dije corriendo velozmente, me sentí como Gina por la velocidad con la que hablé.

El bibliotecario me miró extrañado, se veía sorprendido por mis peticiones.

—Los cuadernos de los integrantes de la escuela no puedo dártelos, son información especial que solo puede ser utilizada por policías... El mapa más viejo puedes localizarlo en un cuadro cerca de la estantería de libros históricos al final del lado derecho y los libros de historia del pueblo están en los últimos estantes cerca del almacén hace poco fueron llevados ahí. —Respondió el bibliotecario antes de volver a coger su libro.

Me dí la vuelta soltando un suspiro y comencé a buscar todo lo necesario; no negaré que estoy molesta porque no puedo conseguir los archivos pero por lo menos puedo conseguir todo lo demás. El mapa lo localicé rápido y los libros igual.

Cuando guardé los libros en mi bolsa café me quedé mirando la puerta del almacén, esta se encuentra semi abierta. No me regañen por haber entrado.

Estantes de metal con libros, documentos e informes de periódicos llenan todo el lugar al igual que el olor a humedad. Me dispuse a buscar pero jamás terminaría puesto a que hay muchos estantes...

Ya iba a irme, sería imposible hacerlo sola pero para mi sorpresa encontré algo misterioso... Pétalos de flores secas al frente de un estante y si algo he aprendido de todo este rollo es que las flores te guían; a veces a desgracias y otras veces a cosas positivas. Quizás ahí encontraría lo que busco.

Revisé la caja y decidí llevarme los periódicos que habían dentro. Tuve que irme porque ya me estaba tardando mucho. Pagué los libros y prometí traerlos pronto.

Mi casa estaba del otro lado de la cera, yo ando a una casa de la de mis vecinos. Sigo meditando si acercarme o no... El frío se ha hecho insoportable y ni hablar del viento; nuevamente parece que va a llover.

Mis pies se mueven velozmente, justo cuando estoy frente a la casa de los ancianos Swan, comienzo a arrepentirme. ¿Qué tal si Isabel y Gina desean burlarse de mí?, ¿realmente estaré loca cómo sospecha mi madre?... ¿Será todo esto verdad?.

—Señorita Flores, esperaba que viniera hace tiempo. —Dijo la señora Swan apareciendo del lado lateral de su casa con unas flores que en México llamamos flor de muerto... También tenía unas de color rojo que son diferentes a la estructura de la flor de muerto amarilla o naranja.

El silenciador de flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora