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"La magia e invitados inesperados"

—Buenas noches, Credence. —acostando al pequeño niño, Scamander besa su frente antes de salir de la habitación, cerrando sólo un poco la puerta.

Dirigiéndose al sótano, va con una enorme sonrisa llena de orgullo.

Credence había descubierto (accidentalmente) que las criaturas del libro de "fantasía" que le había estado leyendo, eran reales. Newt no podían mentirle, nunca había sido bueno en eso, ni siquiera contra un niño. Además, tenía planeado decirle sobre el mundo mágico eventualmente, sólo se había adelantado.

Y para su alivio, Credence aceptó de maravilla la noticia sobre la existencia real de la magia, fascinado como cualquier niño de su edad. Newt entonces le contó todo lo que pudo sin querer saturar demasiado al niño, revelando algunos detalles como el sótano lleno de más criaturas, contándole que el libro que le leía casi todas las noches sin parar, en realidad era una guía para explicarle a las personas por qué se deben proteger las criaturas mágicas en lugar de hacerles daño.

Credence se emocionó al saber que Newt había escrito su libro favorito, pero se sintió realmente triste al saber que algunas personas (magos) lastimaban a los animales de las ilustraciones. Lloró un poco por eso, pero Scamander lo calmó de inmediato, llevándole al sótano para que conociera algunas criaturas, contándole que (al igual que él) había más magos que las protegían o salvaban de personas malas.

El pequeño azabache no sintió miedo cuando las vió, ilusionado de poder verlas más allá del libro, aunque si se sintió un poco intimidado con las más grandes. Por suerte todos los bebés de Newt eran mansos, incluso los que eran calificado como "peligrosos" o "agresivos" por quienes realmente no se tomaban el tiempo de conocerlas o tratarlas con propiedad.

Luego de un pequeño tour interactivo por el sótano, conociendo nuevas criaturas, Credence se hizo fácilmente amigo de Pickett, quien en realidad siempre se mantenía en su maleta. Pero, cuando estaba en casa, ambos espacios se conectaban.

—Él es Pickett, un-

—¡Botule! —Credence reconoció e intentó decir.

—Bowtruckle. —Newt corrigió amablemente, sosteniendo al pequeño niño en sus brazos por seguridad al ser la primera vez que estaba allí. Se encontraban frente al árbol donde estaban reunidas, con Pickett saliendo al frente del grupo cuando vió a Newt. Sin embargo, al percatarse de Credence, dudó. —Es un poco tímido, como tú. —el mago vió a Credence, sonriendole con cariño. —Pero es muy bueno, además de un grandioso compañero. —sin embargo, también era un poco dramático o rencoroso, molesto por el hecho de que Newt no pasaba mucho tiempo con ellos y no le permitía estar con él por miedo a que Credence lo viera. —¿No es lindo? —Credence asintió ante la pregunta, agregando que le gustaba. —Pickett, este es Credence, es nuestro nuevo amigo. —el mago presentó de la misma manera que había estado haciendo con cada criatura.

Luego, tomó la mano de Credence, guiandola hacia el Bowtruckle, esperado que se acercara por su cuenta.

Pickett fue un poco receloso al comienzo, pero luego de pensarlo por un poco de tiempo, se decidió a subirse a la mano de Credence. El pequeño niño soltó unas risitas por las cosquillas que le generó, sintiendo como el animalito con forma de ramita subía hasta plantarse en su cabello.

Credence, feliz por el acercamiento de Pickett, miró a Newt con una enorme sonrisa que contagió al adulto.

Continuaron el recorrido con el pequeño Bowtruckle en el cabello azabache del niño, dándole una imagen bastante tierna. Parecía que una ramita con hoja había brotado de su cabeza.

Credence. | AFYDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora