Capítulo 1: No olvides quién eres

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-Vamos de nuevo, Daniel. Dices que ¨Ella¨ ha jurado tratarte bien; que puede adaptarse a tu estilo de vida y dejarte libre para tus actividades ¿Cierto?

-Sí, la escuché muy convencida esta vez... C-creo que puedo dejar esto en el momento que yo quiera, pero n-no me hace mal verla de vez en cuando. Al final de cuentas, siempre ha estado ahí.

Y la doctora vuelve a anotar en su cuaderno un montón de cosas que probablemente interprete de lo que yo le dije, sin tener la más mínima idea de lo que estoy sintiendo en realidad. Realmente siento que nadie me comprende ¿De verdad es tan malo verla a ella?

-Q-quiero decir... No es tan malo después de todo... Si lo pienso bien, creo que puedo llevar una vida normal viéndola algunos días a la semana. Si tanto le molesta a usted, incluso podría ir reduciendo cada semana el contacto que tengo con ella.

Vuelve a escribir. Me frustra que no comparta esa información conmigo, se supone que estoy llevando todo un proceso para cambiar junto con ella, sin embargo, no es de mucha ayuda si solo hace conjeturas por si sola.

Qué tal sí... Decido mirar a esa falda... Le queda bien a la doctora... Es una adulta joven...

-Tan infiel como siempre, Daniel ¿Por qué me tratas así? Haces que quiera defender lo que me pertenece por obligación... Qué ¿Te gustó tanto esa doctora? La has visto más veces que a mí.

-No quise hacerlo, p-perdón. No tengo cara para mirarte, siempre te digo que quiero cambiar y nunca lo hago... Eres fiel conmigo, más que cualquiera, perdóname.

-No te preocupes, cariño. Sabes lo mucho que me gusta que alimentes esa... Pasión que tienes y que te hace único.

P-por qué se acerca, tengo que taparme o la doctora podría verme, qué vergüenza. Además, por qué decide aparecerse por aquí. Pero... No puedo negar que al mirarla todo es más brillante y colorido; quizás sea esa actitud parte de la razón del por qué la amo.

-Qué lindas palabras me dices, Daniel ¿Soy tu amor?

-Sabes que sí. Me he sentido muy mal estos días, te necesito.

E-ella se sentó al lado de mí... Huele taaan bien ¿Y si... la lamo? Sabe a... Dulce, quiero seguir lamiendo su brazo. Su forma es perfecta. Sácame de aquí.

-Tú solo te has metido en este asunto, Daniel. Aunque te perdono tu infidelidad con cualquier persona, no puedo negar que me molesta que sigas visitando a estos... Doctores. Qué tal si le dices a mi gran amiga que ya no te traiga más aquí... Total, yo te hago feliz ¿No?

-¿D-debería?

-¡¿Dudas de mí?! No quiero escucharte, eres como cualquiera. Solo te utilizan, se creen mejor que uno y se van, humillándote y haciéndote sentir la peor persona del mundo.

-N-no ¡Yo nunca dije eso!

-¡Daniel!

No estaba prestando atención; por un momento olvidé que me encontraba con la psicóloga. No debió interrumpir este momento, ya casi la convencía de traerla de vuelta. Si tan solo supiera cómo hacerla aparecer.

-¿Era ¨Ella¨?

-N-no... ¿Cómo lo supo?

-En base a lo que has contado, simplemente te fuiste de la conversación y no prestaste atención. No quería interrumpir ese momento de trance y me puse a describir lo que pasaba. Solo que ya se me hacía mucho tiempo y realmente te veías muy mal.

-¿Trance? No. No lo llamaría así; si pudiera estar en mi mente sabría lo mágico que es estar con ella. Solo bastó verla un momento para iluminar mi mundo. No me entiende al parecer...

-Siéndote muy honesta,no te entiendo. La visita pasada estabas muy desesperado. Te sentías culpable yno podías dormir; tenías señales de no haber descansado. Ahora me dices que ¨Ella¨debería estar en tu vida. Es decir, quieres combatir fuego con fuego creyendoque así solucionarás lo que tu mismo describes como ¨Un tormento¨... Entiendo quesea muy difícil luchar contra ¨Ella¨, pero necesito que seas fuerte, Daniel¿Puedo contar contigo?

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⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

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Autor de pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora