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Después de que Ernesto se fuera Patrick y yo entramos denuevo en el departamento.

K- Siento lo susedido - le dije a Patrick que se abia sentado en el sillón, todavía podia ver el enojo en su mirada y a decir verdad era algo que me aterraba.

El siempre abia Sido una persona tranquila y calmada, por lo que verlo en ese estado hacia que me erizará.

P- Es un imbécil - dijo mientras yo tomaba haciendo a su lado.

K- Tranquilo, no vale la pena - le dije mirándolo a lo que el me volteo a ver.

P- Que no vale la pena? - estaba enojado, lo podía ver en su mirada.

K- Patrick, me refiero a que no vale la pena que golpees y después te denuncie por agresión - le informe, el soltó un bufido y volvió su vista al frente.

Yo por otro lado no pude quetarle los ojos de encima. Sé que no es el momento, pero me era imposible no mirarlo. A puesto a qué ni con mis dos manos podría rodear por completo su brazo.

P- Voy a vestirme - informo poniéndome de pie ya con su semblante más relajado.

K- Yo voy a terminar el desayuno - dije siguiéndolo por el pasillo hasta que llegamos a dónde se separaban los caminos, el que daba a las habitaciones y el que daba a la cocina y el comedor.

Después de desayunar se dirigieron a la universidad ya que era las 12:30 pm, fue más un almuerzo que desayuno.

Al llegar a la universidad Кейла se encontró con sus amigas por lo que se despidió de Patrick y se dirigió a ellas.

K- Chicas - las saludo una vez estubo a su lado.

M- Buenas tardes - respondió María.

E- Hola.

Las tres comenzaron a caminar para dirigirme al salón ya que las clases estaban por comenzar. Pero antes de entrar a salón se detuvieron.

M- Кейла, en la tercera clase tendremos que ir a la biblioteca - informo entrando.

E- La bibliotecaria no vino y nos toca cubrirla el resto de la tarde - argumento sentandose al lado de Кейла.

K- Está bien - respondió - Igual, tengo algo que contarles - dijo antes de comenzar con la clase.

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La biblioteca de la universidad estaba en un silencio casi sagrado, el tipo de silencio que solo se interrumpe por el suave susurro de las páginas al pasar o el crujido de una silla al moverse. Era un lunes por la tarde, y Elena y María estaban conmigo, cubriendo a la bibliotecaria que no había llegado. Nos habíamos acomodado en una de las mesas grandes, rodeadas de estanterías repletas de libros, y aunque el ambiente era propicio para estudiar, mi mente estaba en otro lugar.

E- Кейла¿estás bien? - preguntó Elena, rompiendo el silencio. Su voz era suave, pero había una preocupación palpable en ella.

K- Sí, solo... tengo muchas cosas en la cabeza - respondí, sintiendo cómo la culpa me invadía nuevamente. La noche anterior había sido un torbellino de emociones y decisiones que no sabía cómo manejar.

María, que estaba hojeando un libro de psicología, levantó la vista y me miró con curiosidad.

M- ¿Quieres hablar de ello? Sabes que estamos aquí para ti - dijo, su tono era cálido y comprensivo.

Suspiré, sintiendo que las palabras se atascaban en mi garganta. La imagen de Patrick apareció en mi mente. Había algo en él que me atraía, algo que me hacía sentir viva, pero también me llenaba de culpa. Tenía un novio, y él novia. ¿Qué estaba haciendo?

Ni Mil Años Es Suficiente Tiempo Para Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora