🤍21🤍

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La tarde caía lentamente, tiñendo el cielo de un suave color anaranjado. Me quedé solo en la sala, sintiendo cómo el aire se volvía denso y pesado. Sutefany estaba sentada frente a mí, con una expresión que oscilaba entre la desconfianza y la hostilidad. Ella había sido la mejor amiga de Кейла en nuestra vida pasada, y aunque había compartido momentos felices con ella, el presente parecía estar marcado por una sombra de resentimiento.

Mientras miraba a Sutefany, recordé las palabras de Patricia la noche anterior. Ella había mencionado algo que me dejó helado. La idea de que Patricia pudiera ser mi hija biológica me llenó de confusión y emoción, pero también de un profundo temor. Si Sutefany sabía algo sobre esto, debía preguntarle.

P- Sutefany - comencé, mi voz temblando ligeramente - Necesito que seas honesta conmigo. ¿Sabes si Patricia es…?

Ella me interrumpió, cruzando los brazos con desdén.

S- No voy a jugar a tus juegos, Patrick. Eso no es algo que debas preguntar.

Sentí un nudo en el estómago. No podía dejar que su actitud me desanimara.

P- No estoy jugando. La noche anterior, Patricia me dijo algo que me hizo sospechar. Si tú… si tú recuerdas nuestra vida pasada, entonces sabes que Кейла y yo…

S- ¿Qué? ¿Que se amaban? - me cortó con sarcasmo - Eso no te da derecho a hacer lo que hiciste.

La rabia y la frustración comenzaron a burbujear dentro de mí.

P- ¿Y qué fue lo que hice, Sutefany? ¿Qué fue lo que realmente pasó entre Кейла y yo ?

Ella desvió la mirada, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para herirme. Finalmente, respiró hondo y me miró directamente a los ojos.

S- La última vez que estuviste con Кейла, la dejaste destrozada. Te fuiste sin decir nada. La dejaste embarazada y luego… luego después de cinco años en el cumpleaños de su hija fue asesinada.

Sus palabras fueron como un puñetazo en el estómago. Recordé fragmentos de aquel día fatídico; las risas, los planes de huir juntos, y luego la oscuridad. Pero nunca había imaginado que había dejado a Кейла tan herida.

P- Eso no es verdad - respondí con firmeza - No la dejé. Teníamos planes para escapar juntos. Nunca quise hacerle daño. Yo la amo.

Sutefany se rió con amargura.

S- ¿Planes? ¿De verdad crees que eso justifica lo que hiciste? Te acostaste con ella y luego desapareciste. La dejaste llorando y sola.

La imagen de Кейла llorando me atravesó como un cuchillo. Nunca quise hacerle daño; siempre había sido por amor. Pero Sutefany parecía convencida de lo contrario.

P- No entiendo por qué me odias tanto - dije, sintiendo cómo la frustración se transformaba en desesperación - Nunca hice nada para lastimarla.

Ella se inclinó hacia adelante, sus ojos ardían con una mezcla de rabia y tristeza.

S- ¿No lo entiendes? Aún después de todo lo que pasó, Кейла nunca dejó de amarte. Y cuando volviste a aparecer en su vida… ella fue demasiado ingenua para ver lo que realmente eras.

Mi corazón latía con fuerza mientras escuchaba sus palabras. ¿Era posible que realmente pensara eso de mí? ¿Que yo era un villano en esta historia?

P- Sutefany, por favor - imploré - No soy esa persona. No he hecho nada por lo que debas sentirte así.

Ella se cruzó de brazos nuevamente, su expresión endureciéndose.

Ni Mil Años Es Suficiente Tiempo Para Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora