Capítulo 1

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Alexia



Nunca me ha agradado mucho viajar en avión, las turbulencias me ponen mal, algo raro, ya que la adrenalina está en mis venas, pero supongo que las cosas en tierra y en el aire son muy diferentes.

Lo primero que hago al salir del aeropuerto es ubicar el auto que mi padre ha enviado para recogerme, los Marshall a veces estamos muy ocupados, así que no me sorprendió que en lugar de venir él o mi madre por mi, enviaran un chófer.

Regresar a Miami no estaba dentro de mis planes, pero la muerte del abuelo es algo que me tomó por sorpresa y aunque mi familia o más bien, mi padre, se negaron a que regresará, lo hice porque mi abuelo fue y será una de mis personas favoritas.

Quiero al menos visitar su tumba

Además de que, llevarle la contraria a mi padre y hermano, es uno de mis pasatiempos favoritos. No entiendo por qué temen, ya que hace años no vengo aquí, no tengo amigos o un vínculo que me ate a este lugar, mi vida está lejos, ocultando lo que corre por mi sangre, luchando por no ceder a la necesidad de adrenalina a la que mi propio papá me volvió adicta.

Vivir eso de nuevo sería maravilloso, pero aunque discuto con mi padre, no quiero decepcionarlo, lo amo demasiado y no quiero crear una barrera entre ambos.

Menos por algo que no vale la pena.

Cómo dije, Miami quedó en el olvido para mí, ya que años viviendo en Australia, me hicieron olvidar demasiadas cosas de esta ciudad, sin embargo ahora que paseo por las calles y noto las luces que la iluminan, me doy cuenta de porque mi familia se niega a dejarla, claro, por esto y por la reputación que por generaciones los Marshall nos hemos formado en el mundo de las carreras clandestinas.

La historia detrás del apellido Marshall va más allá de una simple carrera, pero también va al lado de un apellido en específico, un apellido que hasta con el pensamiento me han prohibido decir.

Es mejor olvidar eso por ahora.

Cuando el chófer se adentra a la enorme propiedad ubicada al sur de Miami, automáticamente mi cerebro trae recuerdos de mi infancia o de la mayor parte de ella cuando viví aquí, antes de que mi padre me pusiera en un avión con rumbo a Australia.

—¡Dime qué has conseguido un Australiano!

La voz de Astrid, mi hermana mayor, me sorprende cuando me abraza por detrás, llenándome de besos

—¿Y tú no has conseguido un Español?

— Touché.

Le correspondo el abrazo con las mismas ganas que ella. A pesar de que es a la que veo más seguido, la extraño igual que al resto y tenerla aquí, me agrada, porque así la vista de mi madre estará dividida.

—¿Dónde está el patriarca?

—¿Dónde creés?

No necesito responder, para saber que está en su oficina. Es cierto que cuando tienes un negocio familiar, no puedes perder el tiempo que es valioso cuando de superar los límites se trata y mi padre es experto en eso.

Siempre ha habido un objetivo en esta familia y es ser mejores, estar arriba, no al lado, siempre encima, rozar el cielo si es posible.

—Mamá está en la tina, puedes saludarla primero.

—Es lo que haré.

Ella se queda en el primer piso y yo subo las escaleras hacia la habitación que recuerdo es mi madre. Empujo la puerta escuchando el sonido del jacuzzi y cuando asomo mi cabeza hacia el interior del baño, ella capta mi presencia.

Amor Al Límite Donde viven las historias. Descúbrelo ahora