¿Solo sexo? [+16] | Periwinkle - Peri - Poof | Padrinos mágicos: un nuevo deseo

│ꗄ꙰ 🍮ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15

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La vida, como el tejido, se compone de hilos individuales que se entrelazan para formar un todo complejo y hermoso. Cada hilo representa una experiencia, una emoción, una relación, un momento único en el tiempo. Estos hilos se conectan, se entrelazan y se complementan, creando una trama armoniosa y llena de significado.

Sin embargo, la vida, al igual que el tejido, es frágil y susceptible a la desintegración. Un mal momento, una decisión equivocada, una pérdida o un dolor profundo pueden deshacer el tejido de nuestras vidas, dejando hilos sueltos y un sentimiento de desilusión. Podemos retroceder, desquitarse, quitar puntos, volviendo a un punto del pasado, y sentir que no somos capaces de seguir adelante.

En esos momentos de desánimo, es fácil dejarse llevar por la frustración y la desesperanza. Algunos abandonan el tejido, renunciando a la esperanza de volver a crear algo nuevo. Otros, sin embargo, persisten,  intentando una y otra vez reconstruir lo que se ha perdido. ¿No se cansan? Todos tenemos un límite, es cierto. Pero la perseverancia, la fuerza de voluntad y la capacidad de resiliencia son esenciales para superar los obstáculos y seguir tejiendo la trama de nuestras vidas.

Si nos lo prometemos, si realmente queremos seguir adelante, si no queremos decepcionarnos a nosotros mismos, lo haremos.  No importa cuán cansados o tristes nos sintamos, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante, primero por nosotros mismos y luego por aquellos que amamos.

Tomando los palos y la lana de nuevo, podemos renovar el tejido que se estaba descociendo. No se llega tan rápido a donde nos habíamos quedado, pero empezar e intentarlo siempre es una opción...

Hoy voy a intentar hacer todo una vez más.

El chico, con la cabeza gacha y las mejillas sonrojadas, se acercó a Jade. —Lamento mucho lo que hizo mi hermana la otra vez. —Dijo, su voz apenas un susurro. —Ella... ella fue muy grosera contigo. Te envía esto. —Agregó, extendiéndole una carta sellada con un lazo de terciopelo rojo.

Jade, intrigada, la tomó con cuidado. —¿Qué es? —Preguntó, sus dedos recorriendo el papel con delicadeza.

—Abrelo en tu casa. —Dijo antes de que lo abra. —En serio lo siento. Creo que... creo que rompiste con tu novio por culpa de ella. —Suspiró, la pena lo inundaba. —Ella no es así, en realidad. Sólo... se dejó llevar por los celos...

Jade, con el corazón aún encogido por el recuerdo de la humillación que había sufrido. Un escalofrío recorrió su espalda, un hormigueo que le hizo encogerse. Sintió la mirada clavada en su cuello, una mirada intensa que le erizaba la piel. Volteó de inmediato, buscando el origen de esa sensación incómoda. Sus ojos se posaron en el otro lado de la calle, donde un humo morado se extendía como una mancha fantasmal, ondulando en el aire. Jade suavizó la vista, tratando de enfocar la imagen borrosa, y suspiró.