¿Solo sexo? [+16] | Periwinkle - Peri - Poof | Padrinos mágicos: un nuevo deseo

│ꗄ꙰ 🧋ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8

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Pero había tenido que ordenar la habitación de su ahijada antes de que su familia, acompañada por Hazel,  pudiera entrar.
La escena que se encontraron era surrealista. Jade, con una mirada perdida y una energía desbordante,  corría de un lado a otro, como una ardilla en una jaula, sus movimientos eran frenéticos, sin rumbo fijo, como si un torbellino interno la impulsara a actuar sin control. Pero aún así estaba en sus sentidos –al menos un poco– para saludar a los recién llegados.

Los tres observaban a Jade con una mezcla de preocupación y confusión ¿Qué había pasado? ¿Por qué esa adolecente estaba... Tan hiperactiva?

Ella sin prestar atención a las miradas curiosas que la observaban, se dedicó a un proyecto singular: Construir un fuerte de almohadas. Las almohadas,  desparramadas por el suelo,  se convertían en bloques de construcción para una fortaleza improvisada

Cosmo, con la mirada fija en Jade, no pudo evitar expresar su preocupación
—¿Por qué tu ahijada está como un mono?. —La energía desbordante, sus movimientos frenéticos y su comportamiento errático le parecían extraños...

El padrino mágico se la chica, con un gesto de resignación,  respondió. —Me pidió un deseo. —Agitó su bastón ligeramente, haciendo aparecer otra almohada que Jade atrapó al vuelo. Hazel, impulsada por su curiosidad, 
se acercó al improvisado fuerte de almohadas. Observó con interés cómo esa chica construía y ella, sin decir una palabra, le permitió entrar en su fortaleza.

—¿Pero qué tipo de deseo te pidió para que esté así? —La mirada de Wanda estaba llena de inquietud, buscando respuestas.

Con un tono inseguro su hijo respondió. —Primero me pidió ser feliz,  pero como está prohibido yo le dije... —Sus padres,  al escuchar esas palabras,  intercambiaron una mirada.

—No está prohibido. —Dijeron a la misma vez.

Peri, confundido, se quedó en silencio. —¿Pero el libro de reglas...? —Intentó argumentar, pero sus padres se rieron ligeramente. La madre de Peri, se acercó a su hijo y le desordenó el cabello con una mano cariñosa.

—Claro que en el libro de las reglas está prohibido... El control mental, pero hacer algo que la haga feliz no. —Explicó con una sonrisa.

Con el rostro pálido, se acomodó el cabello, la confesión de su madre lo dejó atónito.
Sus padres, eran muy veteranos en ser padrinos mágicos, sabían cómo burlar las reglas, cómo encontrar los límites y las excepciones. Él, un novato en este mundo, aún tenía mucho que aprender...

Y al parecer la "cagó".

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¿Conocen el opio? En épocas antiguas, el opio era una droga potente que provocaba una euforia intensa en quien la consumía. Los niveles de dopamina se elevaban tanto que, para experimentar la misma sensación, era necesario consumir más opio, y en cantidades cada vez mayores. El cerebro se acostumbraba a ese desequilibrio, necesitando cada vez más de la droga para alcanzar el mismo efecto.