IX. Confesión repugnante

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CAPÍTULO NUEVE
CONFESIÓN REPUGNANTE

Hestia tenía muchos sentimientos entrelazados en su interior después de su corta conversación con Edward

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Hestia tenía muchos sentimientos entrelazados en su interior después de su corta conversación con Edward. La rabia, que antes había ignorado para no pensar en él, volvía cada vez con más fuerza y lo único que quería era acabar con aquella sonrisa de idiota que él le dedicaba a Isabella mientras bailaban a unos metros de ella, en su propia burbuja, ignorando el hecho de que su felicidad era a causa de que la habían lastimado.

Se sintió más enojada porque era consciente de que probablemente en este punto de sus vidas a él no le importaba como la había hecho sentir y que era probable que un hombre tan egoísta como él había sentido la misma felicidad en el pasado mientras la engañaba. Él era feliz con la humana y Hestia había sido humillada a sus espaldas en todo momento mientras ellos mantenían una relación secreta llena de amor, un amor que la había hecho infeliz. Recordar eso hacia que sus sentimientos se sintieran aún más confusos, mezclándose en un mezcla de rabia y dolor. Por supuesto, estaba segura de que no sentía dolor por su amor perdido, porque en este punto de su vida ella ya no sentía ni un poco de amor hacia Edward; pero, como era un mujer orgullosa, sentía dolor por haber perdido el orgullo varias veces en el pasado por un hombre que no lo merecía.

Se preguntó que hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas. Si no hubiera cedido ante él cuando el vampiro le rogó que no lo dejara después de que ella tuvo que lidiar con Aro para salvar su vida cuando el vampiro trató de suicidarse a causa de su amor por Isabella. Se preguntó, que hubiera pasado si no los hubiera ayudado en aquel entonces y si no hubiera cedido a la voluntad de Edward de querer aferrarse a su relación rota cuando ella ya sabía que no tenían salvación. ¿Habría dolido menos? ¿Lo habría odiado menos de lo que lo odiaba ahora? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que si no hubiera cedido ante él en aquel entonces, era probable que no hubiera elegido a Jasper como su esposo, ya que en ese entonces todavía no tenía el coraje para imponer sus opiniones y habría aceptado el esposo que los ancianos del Clan querían para ella, y el simple pensamiento era angustiante.

Hestia, con mucho pesar, tenía que aceptar que las decisiones que Edward había tomado y como había manipulado su destino los habían llevado a donde estaban hoy. A ella por fin superándolo y encontrando a un buen esposo que ella misma había elegido, y a él casándose con la persona que amaba. Hestia no creía que Edward merecía ser feliz, pero sabía que le llegaría su karma y si en el futuro se le daba la oportunidad de ella ser su karma y lastimarlo un poco más, entonces lo haría con muchas ganas.

—¿Hestia? —la voz de Jasper se oyó suavemente en su oído.

Ella lo miró, volviendo a la realidad. Su esposo se veía un poco inquieto ante su silencio repentino.

—¿Me decías algo? —le preguntó.

Jasper suspiró y estiró su mano para darle un apretón a su mejilla. Como Hestia se había estado cuidando últimamente con magia, sangre y una buena alimentación, su rostro había dejado su aspecto lamentable y ahora incluso tenía las mejillas llenitas. Su esposo había adquirido la costumbre de apretarlas, pero Hestia odiaba que lo hiciera.

LOVE ME OR LEAVE ME ━ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora