Orm yació en cama durante mucho tiempo, esperando el sueño. Descansó un brazo sobre sus ojos queriendo esconderse de la humillación que sentía. ¿Qué pensaría Ling de ella? Que era una provocadora, admitió. Nada más que una maldita provocadora. Pero no había sido intencional, pensó ella. No lo había sido. Simplemente había perdido el control. En presencia de Ling, parecía ocurrirle muy a menudo. ¿Realmente había estado la boca de Ling sobre su pecho o lo había imaginado? Sí, y ahora sus pezones se endurecían de solo de pensar en ello. Por un momento, simplemente se había perdido a sí misma en el toque de Ling. Por un momento, se dejó llevar y dejó que sus sentimientos reinaran plenamente. Pero había vuelto en sí, gracias a Dios y Ling se había detenido cuando ella se lo pidió. ¿Qué era lo que quería de Ling?, ¿Qué necesitaba de ella?
"Quiero hacer el amor con ella". susurró Orm. "Lo quiero. Quiero todo de ella". giró la cabeza en la almohada, deseando que estos sentimientos desaparecieran.
No quería desear a Ling. No quería sentir estos sentimientos por una mujer. Pero lo sentía. No podía negarlo por más tiempo. Esto le estaba volviendo loca. Mañana, iría con ella. Iría con Ling y le rogaría que hiciera el amor con ella si quería hacerlo. Ling la había deseado esta noche, Orm lo sabía. Podía sentirlo, lo veía en sus ojos. Tal vez Ling podría darle la liberación que su cuerpo ansiaba.
Es otro capítulo corto.
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La luna de Ling
Lãng mạnOrm Sethratanapong no estaba preparada para el matrimonio, así que dejó atrás Bangkok y a Jakarin para vivir con su abuela en las montañas de Koh Samui, una isla ubicada en el golfo de Tailandia, con la esperanza de averiguar lo que le faltaba a su...
