Capítulo 33

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Ling rió mientras Orm examinaba la habitación, tratando de encontrar el lugar perfecto para colgar el gran árbol. Ling ya sabía que lo colgaría encima de la chimenea, pero Orm quería estar segura cuál sería era el mejor lugar para verlo en todo momento.

Juntas compraron la cabaña de los Thongsi. Necesitaba algo de arreglo, pero tenían tiempo. El mes pasado estuvieron en Bangkok para recoger algunas de las cosas de Ling y mudaron más cosas de Orm de la casa de Nana. Nana aún no había aceptado su relación. No entendía el amor que se tenían la una a la otra y Ling no la culpaba, pero sabía que era muy difícil para Orm. Anong apenas podía soportar permanecer en la misma habitación con Ling.

"Ella va a entrar en razón". había dicho Orm. "Dale tiempo".

Los ojos de Ling siguieron a Orm a través de la habitación, mirándola. Su corazón se llenaba de amor cada vez que la miraba. Ling sabía que nunca había sido tan feliz en toda su vida. Finalmente se sentía en casa.

"¿Sabes lo que pienso?" preguntó Orm mientras permanecía de pie con las manos en sus caderas.

"¿Qué piensas?"

"Creo que deberíamos colgarlo sobre la chimenea".

Ling arqueó una ceja. "¿En serio? ¡Qué idea tan maravillosa!" bromeó ella.

Orm caminó lentamente hacia ella con su propia ceja levantada. "¿Tienes alguna idea de lo sexy que eres?" preguntó sensualmente. Deslizó sus brazos alrededor de Ling y apretó sus caderas contra las de ella íntimamente. Ling respondió al instante. Pero Orm se alejó con una sonrisa en su rostro. "Entonces, ¿Me ayudarás a colgarlo?"

"¿Ahora?" preguntó Ling, tratando de tirar de Orm hacia atrás.

"Sí, ahora. Mi amor, pasamos toda la mañana en la cama".

"¿Y qué hay de malo en la tarde, también?"

Orm rió, luego rió más fuerte cuando vio que Ling lo decía en serio. "Eso lo hicimos ayer".

"¿Y?"

Orm alargó la mano y acarició la mejilla de Ling, puso sus ojos suaves sobre ella. "¿Por qué no has estado pintando?"

Ling se encogió de hombros. "He estado muy ocupada".

"No has pintado desde que regresaste".

Ling bajó la cabeza, luego miró tímidamente a Orm. "Prefiero estar contigo".

Orm escuchó atentamente las palabras. Se acercó aún más a Ling deslizando una mano fácilmente debajo de su camiseta para acariciar la cálida piel. "No soy Mai". dijo ella.

Ling la miró sorprendida. "Lo sé. Yo sólo..."

"No voy a dejarte. No voy a salir con amigos porque no me estés prestando suficiente atención, cariño. La pintura es tu vida". dijo Orm con cariño.

"Tú eres mi vida".

"No, yo soy parte de tu vida. Pintar lo es, también. Es lo que eres. Es lo que te hace especial".

"No quiero caer en la misma trampa, Orm. Me involucro demasiado, termino perdiendo la noción del tiempo".

"Entonces yo te lo recordaré. Y si siento que me estás ignorando, iré a hurtadillas detrás de ti". mientras decía esto se movía detrás de Ling. "De esta manera". susurró ahora deslizando ambas manos bajo la camisa de Ling, subiéndolas hasta sus pechos. "Y voy a decirte que te necesito". murmuró en su oído. Sintió el golpeteo del corazón de Ling bajo sus manos y cerró sus ojos muy segura del amor que sentían la una por la otra. Deslizó una mano más abajo, hacia el largo muslo de Ling y la sintió temblar entre sus brazos. "Y sé que dejarás lo que estás haciendo, porque me amas... porque me deseas".

La luna de LingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora