"Te ves mejor hoy". dijo Nana durante el desayuno.
"Has perdido tu caminata". Orm le acusó. "Puedo cuidar de mí misma".
"Quería asegurarme que estabas bien. Te perdiste la cena".
Orm no había salido de su habitación la noche anterior. Había dormido poco. Un sueño torpe, pero aun así, había dormido. Había escuchado los movimientos de Nana en la casa, le había escuchado hacer la cena, pero no quiso unirse a ella. No quiso responder a ninguna pregunta. Así que permaneció en la cama, fingiendo estar dormida. Se estaba escondiendo de Nana, pero no podía esconderse de sus pensamientos. O de sus sueños. Pero se sentía mejor esta mañana. Al menos no se sonrojaba al pensar en los besos de Ling. Bueno, no mucho de todos modos. Cerró los ojos. Hoy no voy a pensar en eso. No lo haré.
Viajaron juntas a la tienda y Orm se mantuvo ocupada, haciendo el trabajo de papelería y tratando desesperadamente de ocupar su mente. Funcionó. Se sorprendió cuando miró el reloj y ya eran después de las doce.
"¿No vas a comer?" preguntó Nana.
"Creo que voy a comer aquí". dijo ella.
"Has estado trabajando sin parar. Debes alejarte un poco". sugirió Nana. Orm frotó su cabeza, pensando que si Nana incluso tuviese la más mínima idea de lo que estaba pasando en su interior, no querría que estuviese sola con sus pensamientos ni siquiera por un minuto.
"No, hoy no tengo ganas de ir al parque". aseguró.
Nana se encogió de hombros. "Te voy a hacer un sándwich". entonces Orm abrió la boca para detenerla. No tenía hambre. Pero dejó que Nana se alejara. Se obligaría a comer el sándwich y se ahorraría el tener que responder a Nana.
"Oh, allí está Ling". señaló Nana.
El corazón de Orm saltó en su pecho y las palmas se humedecieron cuando levantó los ojos hacia la puerta.
"Bueno, no se detuvo. Supongo que va a esbozar". Orm dejó escapar un suspiro de alivio y brevemente agradeció a los cielos por evitárselo. No creía que pudiese hacer frente a Ling. Todavía no. Y sobre todo no delante de Nana.
"Ella me gusta mucho, Orm". dijo Nana cuando le trajo su sándwich. "Tal vez tenemos que emparejarla".
"¿Emparejarla?"
"Con un hombre". explicó Nana.
Orm se tapó la boca y reprimió la risa que amenazaba con salir a la superficie. ¿Emparejarla con un hombre?
"Quizás Jakarin conozca algún buen hombre que pudiese ser perfecto para ella". Nana sonrió con tristeza. "Ya tiene 29. No puede esperar para siempre".
"Nana, no creo que Ling agradecería que..."
"Oh, ya sé que dijo que no estaba buscando, que no necesitaba a nadie, pero no lo creí ni por un minuto. Es tan atractiva. Si usara un poco de maquillaje, tendría hombres haciendo cola para invitarla a salir". Orm mordió su sándwich para evitar responder. No serviría de nada. Nana nunca sería convencida de que una mujer podía ser feliz sin un hombre en su vida. Por supuesto, Orm podría decirle la verdad a Nana, que Ling prefería estar con mujeres.
"Oh, bueno. Supongo que realmente no es asunto mío". dijo. "Ella pronto se irá a Bangkok, de todos modos".
"Sí, lo hará". murmuró Orm. Cuanto antes, mejor, pensó ella.
Nana fijó sus ojos en Orm. "¿Por qué no has llamado a Jakarin?"
"Yo... simplemente no lo he hecho".
"Orm, no hagas que el hombre espere para siempre. Puede perder la paciencia y ¿Entonces qué? Tal vez conozca a alguien más y entonces ¿A quién vas a tener?"
"Nana, por favor no empieces". suplicó Orm.
"¿Tengo que llamarlo yo misma?"
"¡Ni se te ocurra!"
Nana le miró fijamente durante unos minutos. "Bueno, lo declaro. Mujeres de hoy en día. Nunca podré entenderlas".
Orm frotó sus sienes, tratando de evitar el dolor de cabeza que le amenazaba. Quería gritar de frustración. Sus nervios estaban de punta y contó hasta diez antes de hablar. "Nana, ya hemos pasado por esto una y otra vez. Cuando esté lista, lo llamaré". dijo ella en voz baja. "Ahora, por favor. No quiero hablar de ello".
"Sólo estoy preocupada".
"Sé que lo estás". dijo ella suavemente. "Y te amo por eso".
La campana sonó y un cliente entró, un extraño y Nana se levantó para atenderlo. Orm cerró los ojos con alivio. Una cosa era estar preocupada sobre estos sentimientos que tenía por Ling, pero al menos podía hacerlo en silencio. La preocupación constante de Nana sobre la relación entre ella y Jakarin le estaban llevando lentamente al límite y seguramente le haría explotar.
"Oh, Orm. Si llegas a hablar con Ling, pregúntale si puede venir el domingo". le pidió Nana.
"¿El domingo?"
"¿Lo has olvidado? El domingo es día de Los Patrios". Nana le recordó. Día de los patrios en el parque. Orm lo había olvidado. La isla se reunía cada año para celebrar su fundación con comida, bebida y música. Por tan sólo 170 baht por persona, podrían comer todo el Pad Thai, Kai Pad Med Mamuang, Som Tam, Tom Yum y Cha Yen que quisieran, y un vaso de cerveza de barril por sólo 34 bahts.
"Nana, no creo que Ling lo disfrute Quiero decir, no es que haya opciones vegetarianas en el menú". dijo ella.
"Oh, tonterías. Hay muchas otras cosas para comer". solucionó Nana, desestimando su pobre excusa con un gesto de la mano. "No conoce a nadie aquí, Orm. Sería descortés si no la invitamos".
"Pero aún así..."
"¿Orm?, ¿Por qué demonios no te gustaría invitarla? Habrá un montón de turistas allí. Al menos, eso esperamos". agregó ella. "Cuanta más gente, más dinero".
Orm sonrió y asintió con la cabeza. "Está bien. Si hablo con ella, voy a mencionárselo". aceptó. Pero, por supuesto, no tenía intención de hablar con ella. Ling nunca sabría sobre el día de Los Patrios por ella.
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La luna de Ling
RomanceOrm Sethratanapong no estaba preparada para el matrimonio, así que dejó atrás Bangkok y a Jakarin para vivir con su abuela en las montañas de Koh Samui, una isla ubicada en el golfo de Tailandia, con la esperanza de averiguar lo que le faltaba a su...