Capítulo 22

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Era casi el amanecer cuando llegó a casa agotada. No habían dormido. No habían querido. Cuando Ling finalmente se quedó dormida, Orm se alejó, rozando su mejilla ligeramente con los labios, susurrando palabras de amor a su forma dormida. No había sido capaz de decírselas, por supuesto. Había tenido miedo de la respuesta de Ling. Ling, que había tenido tantas amantes, probablemente había escuchado esas palabras muchas veces anteriormente ¿Cuál sería su reacción? ¿Le haría gracia?

Orm se duchó, escuchando a Nana en la cocina y pensó en la reacción de Nana, si supiera que Orm se había enamorado de una mujer estaría devastada. Nana nunca podría entender.

"¿Cuándo llegaste a casa?" preguntó Nana mientras le entregaba una taza de café de la máquina de café expreso.

"Tarde".

"Debe haber sido muy tarde. Te ves cansada". dijo observándola. Orm asintió sorbiendo de su café. "Jakarin llamó". Orm dejó escapar su aliento lentamente, preguntándose qué demonios pudo haberle dicho.

"¿Y?"

"Orm, simplemente no lo entiendo. El hombre tiene el corazón roto". dijo Nana.

"Nana, por favor". pidió Orm sacudiendo su cabeza.

"Tal vez te apresuraste, Orm. Tal vez necesitas pensar acerca de esto". Sugirió la mujer mayor.

"He pensado en esto durante los últimos nueve meses Nana".

"Pero ¿Qué vas a hacer? ¿Vivir aquí conmigo?" dijo ella haciendo un gesto hacia las ventanas. "No estaré aquí por siempre. ¿Entonces qué? ¿Qué tendrás sin marido y sin hijos".

Orm pensó que Nana rompería en llanto, así que fue hacia ella y le abrazó. "Nana, por favor no te preocupes por mí. Sé que sólo quieres que sea feliz. Pero en este momento, esto es lo que quiero Nana".

Dejó escapar un gran suspiro. "No entiendo a las mujeres de hoy día". dijo ella. "Ling, por ejemplo. Tiene 29 años y está sola. ¿Por qué tienes que ser tan independiente? No hay nada malo en tener un hombre que cuide de ti".

"No me voy a casar sólo para que alguien cuide de mí, Nana. Puedo hacer eso yo misma". dijo con suavidad.

"Soy peor que una madre. ¿No es así?"

Orm sonrió. "No lo sabría". dijo ella. "Lo siento. No quise decir… Nana, siempre me he sentido más cerca de ti que de ella. Lo sabes".

Nana tocó su mejilla y sonrió. "Lo siento, hija. Te dejo tranquila con lo de Jakarin. Tú sabes qué es lo mejor". se resignó.

"Gracias".

***

Ling empacó sus pocas cosas, empujándolas ciegamente en su bolso. No tenía mucho. La mayor parte de su ropa aún estaba en su casa de campo. Ya había empacado sus pinturas, las había empacado cuidadosamente en la parte trasera del Land Cruiser. Ir a ver a Orm sería lo más difícil que haría en su vida. Pero era su deber, se dijo a sí misma. No
podía quedarse aquí durante los próximos meses y continuar esta aventura con Orm como si tuviesen un futuro juntas. Tenía que darle a Orm tiempo. Tiempo para descubrirse a sí misma. Tiempo para adaptarse a su nueva vida y para averiguar lo que quería de ella. Para averiguar si esto era lo que quería. Pero ella estaba sufriendo, no podía negarlo. Estaba tan profundamente enamorada de Orm que sentía como si estuviese rompiendo su propio corazón en pedazos al irse. Pero mejor ahora, después de dos meses en el camino, Orm volvería en sí y se daría cuenta que Ling no era la única mujer por ahí. Y tal vez más adelante, después que ambas hubiesen tenido tiempo, Orm podría decidir que Ling podría hacerle feliz por mucho tiempo. Puede que deseara tener un futuro con Ling.

La luna de LingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora