Capítulo 19

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⚠️Advertencia: Proceda con precaución MUCHO TEXTO⚠️

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Después de que el Sr. Rattanawong se fue, el aire en la casa quedó enrarecido, como si las paredes mismas hubieran absorbido la tensión de la confrontación. Boom, incapaz de sostenerse más, se desplomó en uno de los sillones del salón. Su cuerpo temblaba, y las lágrimas, que habían fluido sin descanso, finalmente se secaron. Pero el vacío que dejaron atrás era aún más doloroso. El silencio se apoderó de la habitación, roto solo por la respiración agitada de Boom, que intentaba procesar lo que acababa de suceder. Sabía que no estaba solo. Sus amigos estaban a su lado, la presencia de ambos lo envolvía, pero parecía demasiado lejano, atrapado en un estado de estupefacción. Era como si su mente se hubiera desconectado, incapaz de soportar el peso de la realidad que lo asfixiaba.

Un toque suave en su espalda lo trajo de vuelta, aunque solo un poco. Era Aou, que con cuidado deslizaba su mano por la espalda de Boom, trazando círculos lentos, casi en un intento de calmar las olas de dolor que todavía sacudían su interior.

—Estoy aquí —murmuró Aou, sus palabras apenas audibles, pero cargadas de una preocupación genuina. Sentía la fragilidad de Boom en ese momento, y no sabía cómo aliviar el dolor que estaba cargando, pero no lo dejaría solo.

A través del velo de confusión, Boom captó fragmentos de una conversación entre Aou y Joss. Su mente apenas registraba las palabras, pero alcanzó a entender lo esencial. Joss le decía a Aou que él y Gawin saldrían a buscar algo de comer y artículos para pasar la noche en la casa. Boom intentó concentrarse, pero las palabras le llegaban distorsionadas, como si estuvieran muy lejos, fuera de su alcance.

Escuchó el sonido de la puerta cerrarse y luego el rugido del motor del coche de Joss alejándose. Aou permaneció a su lado, en silencio a veces, y otras, repitiendo suavemente que todo estaría bien. La calma que transmitía era la única cosa que lo mantenía anclado a la realidad.

Boom, agotado tanto física como emocionalmente, comenzó a sentir que sus párpados se volvían pesados. La mano de Aou, constante en su espalda, lo reconfortaba más de lo que podía expresar. Poco a poco, el ruido en su mente se fue apagando, cediendo al cansancio abrumador que lo dominaba. Pronto, el sueño lo envolvió, llevándolo a un refugio temporal lejos del dolor que lo había consumido.

Aou lo observó, notando cómo su respiración se volvía más lenta y profunda. Aunque sabía que el dolor no había desaparecido, al menos Boom estaba durmiendo, encontrando un poco de paz en medio del caos que había sido el día. Aou se quedó a su lado, decidido a no moverse, siendo la presencia silenciosa que Boom necesitaba en ese momento.

Mientras Boom dormía, un sueño lo transportó de vuelta a su infancia. Estaba sentado en la mesa de la cocina, los libros de la escuela abiertos frente a él, pero sus ojos no estaban en las páginas. Su atención estaba completamente capturada por la figura de su madre, moviéndose con gracia por la pequeña cocina. La melodía suave de una canción escapaba de sus labios, llenando el espacio con una calidez que Boom había olvidado cuánto extrañaba.

El sonido de la cuchara de madera golpeando el borde de la olla, el olor a especias que impregnaba el aire, todo era tan vívido, tan real. Boom podía sentir la textura del lápiz en sus dedos, pero no podía apartar la mirada de su madre. Había algo en la forma en que cantaba, en la tranquilidad de su rostro, que siempre lo había reconfortado. Esa canción, simple y familiar, parecía contener todo el amor que su madre tenía por él. Sentado allí, en esa cocina que ya no existía, Boom se sintió nuevamente como el niño que una vez fue, protegido por una burbuja de amor y seguridad. Pero incluso en el sueño, había una sombra, un presagio de la oscuridad que sabía que estaba por venir. Sin embargo, en ese momento, todo lo que importaba era la canción de su madre, el ritmo de sus movimientos, y la paz que traía el solo estar cerca de ella.

Retrato // AouBoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora