Capítulo 10

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Aou despertó sintiendo el peso de la resaca por la noche anterior. Los recuerdos de la inauguración de su exposición estaban difusos, pero la emoción y el cansancio habían dejado su marca. El sol ya estaba alto, marcando que el mediodía había pasado hacía rato. El sonido insistente de su teléfono lo sacó de su letargo. A regañadientes, extendió la mano y contestó.

—¿Hola? —murmuró con voz áspera y entrecortada.

—Señor Aou, buenos días. Soy Chansook, el asistente del galerista del Centro de Cultura y Arte —la voz del otro lado era formal pero amable—. Disculpe la hora, pero quería informarle que dos de sus obras se han vendido esta mañana.

Aou se incorporó de golpe, sorprendido y aún un poco desorientado por el sueño y la resaca.

—¿Vendidas? —repitió, tratando de asegurarse de que no estaba soñando.

—Sí, señor. Ambas piezas fueron adquiridas por un coleccionista privado. El galerista está muy satisfecho y me pidió que lo felicitara.

Aou sintió una oleada de incredulidad mezclada con alegría. Nunca había imaginado que sus obras pudieran venderse tan rápido, y mucho menos dos en un solo día.

—No sé qué decir... Esto es increíble. Muchas gracias por informarme, señor Chansook.

—Es un placer, señor Aou. También quería recordarle que esta tarde habrá una pequeña reunión en la galería para discutir posibles futuras colaboraciones. Sería maravilloso si pudiera asistir.

Aou asintió, aunque sabía que Chansook no podía verlo.

—Claro, estaré allí. Gracias de nuevo.

Después de colgar, Aou se dejó caer de nuevo en la cama, su mente aún procesando la noticia. La emoción de saber que su trabajo había sido valorado de esa manera le dio un nuevo impulso. La resaca quedó en segundo plano mientras se levantaba, decidido a prepararse para la reunión. Quería estar en su mejor forma y aprovechar esta oportunidad para abrir nuevas puertas en su carrera artística.

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Aou llegó a la galería unos minutos antes de la reunión programada. El Centro de Cultura y Arte tenía un aire de tranquilidad y sofisticación que siempre le había encantado. El edificio, con sus altos techos y paredes adornadas con obras de arte contemporáneo, le transmitía una sensación de inspiración y pertenencia.

Al entrar, fue recibido por Chansook, quien lo saludó con una sonrisa cálida.

—Señor Aou, qué bueno verlo. El señor Vihokratana está muy entusiasmado con la venta de sus obras. Por favor, sígame. La reunión será en la sala de conferencias.

Aou asintió y siguió a Chansook por los pasillos de la galería. Pasaron por varias salas donde sus pinturas colgaban junto a las de otros artistas. Ver su trabajo en un espacio tan prestigioso siempre le daba un sentido de logro y motivación.

Al llegar a la sala de conferencias, se encontró con Tawan Vihokratana, el galerista, y algunos otros miembros del equipo de la galería. Tawan, un hombre de 33 años, muy apuesto, de apariencia jovial y sonrisa cálida, se levantó para saludarlo.

—Aou, estamos muy impresionados con la respuesta a tu exposición —dijo Tawan con su voz cálida y entusiasta—. Las ventas de tus obras son solo el comienzo. Queremos hablar sobre futuras colaboraciones y cómo podemos ayudarte a expandir tu carrera.

Aou, sintiendo una ola de entusiasmo y energía, apenas podía contener su sonrisa.

—¡Esto es increíble! No puedo creer que dos de mis obras se hayan vendido tan rápido. Estoy muy agradecido por todo el apoyo y las oportunidades que me están brindando.

Retrato // AouBoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora