– No, no y mil veces no – dijo Jacaerys después de un rato cuando ambos estuvieron en la Sala del Consejo.
Lord Corlys los observaba intercalando las miradas entre uno y otro, sin saber muy bien qué hacer. Ambos parecían dragones furiosos.
– Por favor, ni siquiera la conoces bien – dijo ella de mala gana – La viste que ¿dos veces?
– ¡Tres! ¡La he visto tres veces en la vida y con eso me basta para saber que no la quiero cerca mío ni cerca de los chicos! – le gritó él bastante exasperado.
Rhaena frunció el ceño.
– ¿Llevas contadas las veces que la haz visto?
Jace apretó los puños.
– ¡Claro que las llevo contadas! ¡Tú también las llevarías contadas si cada vez que te la encuentras ocurre alguna desgracia o te falta el respeto horriblemente! – le gritó de mala manera.
– Me perdí, ¿de quién se supone que hablamos? – preguntó Lord Corlys confundido.
Sus nietos lo ignoraron.
– Por favor, escúchame, sé que te cuesta escuchar razones pero dame un momento – le dijo ella intentando sonar calmada – Ella es... no lo sé, no sé cómo lo hace, no sé qué hace que nosotros no hacemos, pero Aegon y Viserys confían en ella, y ya viste que Joffrey al menos la respeta. Nunca antes lo había escuchado decir por favor.
– ¡Oh, vamos! – dijo Jacaerys bastante frutado – Ella no se ganó el respeto de Joffrey, con todo eso solo va a lograr provocarlo más. Seguramente ya está pensando en cómo vengarse de ella.
– Jacaerys por favor...
– ¡Es mi hermano, lo conozco más que tú! – gritó él.
Rhaena separó los labios, ligeramente ofendida.
– ¿Estás diciendo que no es mi hermano?
– No te preocupa tratarlo como un hermano para dejarlo al cuidado de una extraña – le dijo irritado.
– Oh por favor, ¿crees que tu solución es mejor? ¿En serio? – ahora si se volteó hacia su abuelo – ¡Quiere enviarlos de pupilos!
Lord Corlys intercambió una mirada con el Rey. Fue una mirada fugaz y que quizás a otra persona no le hubiera dicho nada, pero Rhaena la supo leer de inmediato.
– Estás al tanto – sentenció ella, casi en un susurro.
Toda su vida se había sentido apartada de esa familia. No era algo contra ella lo sabía. La querían, de cierta forma. Pero siempre la habían hecho sentir menos por sus dos condiciones. La primera evidentemente por ser mujer y la segunda por contar con un dragón. Dos combinaciones fatídicas para el mundo en el que vivía.
Siempre fue Rhaena, la débil, la más pequeña, la adorable, la educada. Le daban el trabajo que nadie quería y que además nadie valoraba.
Pensó que después de la guerra eso cambiaría, aunque sabía que Lord Corlys no la nombró su heredera por un especial afecto o por confiar en sus capacidades. No. Había dos grandes razones; la primera y la menos fuerte por supuesto, honrar a la princesa Rhaenys y a Baela; y la segunda, es que no contaba con más opciones. Sus hijos estaban muertos, Lucerys estaba muerto, Baela estaba muerta. Sabía que él había ido primero con Alyn, le había ofrecido todo, y él, claramente con orgullo y resentimiento se había negado. Eso dejaba a dos posibles candidatos Joffrey y ella misma, y Lord Corlys optó por ella.
Pero a pesar de todo eso, a pesar de que nunca fue la primera opción, pensó que las cosas serían diferentes. Pensó que la considerarían en las cosas importantes, o al menos que Jace lo haría.
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Heaven | Jacaerys Velaryon
FanfictionCuando la corona de su madre fue puesta en su cabeza, vio como sus tres hermanos pequeños lo observaban fijamente con los ojos asustados de niños que perdieron todo en la guerra. Y entonces Jace lo supo, no sólo era el Rey, era la cabeza de la casa...